La siniestralidad laboral baja pese al aumento de actividad

Ó. F.
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El número de accidentes en la provincia entre enero y mayo se situó en 6.469, un 1,5 por ciento menos que en el mismo periodo de 2018, a pesar de que la cifra de ocupados ha pasado de 218.900 a 227.400

La siniestralidad laboral baja pese al aumento de actividad

El hombre fallecido en Lingotes Especiales se ha convertido en la segunda víctima mortal por accidente de trabajo en lo que va de año en Valladolid. El primero se registró el 6 de febrero en Berceruelo, cuando un joven de 21 años resultó atropellado por su propio tractor. Lo cierto es que la siniestralidad en lo que va de año ha descendido en la provincia, pese a que el volumen de actividad se ha incrementado, al contrario de lo que suele ser habitual.

 

Según los datos facilitados por CCOO, entre enero y mayo de este año solo se había registrado el fallecido de Berceruelo (al que hay que añadir ahora el de Lingotes Especiales). A estas alturas del año pasado cinco personas ya habían perdido la vida en su puesto de trabajo. Este descenso también se ha dejado notar en el resto de accidentes. Si se suman los que acabaron en baja y los que no, la cifra alcanza los 6.469 en esos cinco meses, un 1,5 por ciento menos que el año pasado. Y eso a pesar de que hay más gente trabajando. Según la Encuesta de Población Activa, del Instituto Nacional de Estadística (INE), en junio del año pasado había 218.900 ocupados en la provincia, por los 227.400 de junio de este año.

 

Eso sí, el descenso tiene su base en los accidentes sin baja, que han que han pasado de 4.059 a 3.823, porque los que acabaron con un trabajador con una incapacidad temporal subieron un 5,2 por ciento, especialmente por los incrementos registrados en el sector de la construcción, un 37,9 por ciento más, y en la agricultura, con un 35 por ciento más. Bien es cierto que es el sector servicios el que más influencia tiene en este indicador, porque es el que más trabajadores acumula. Y ahí el incremento ha sido del 6,2 por ciento al pasar de 2.192 a 2.329 accidentes.

 

En toda Castilla y León también los accidentes con baja han subido un dos por ciento, pero, si a esas cifras se añaden los que no causaron una baja, el número de incidentes descendió 2,4 por ciento para quedarse en 29.706.

 

El sindicato UGT trasladó ayer sus “más sentidas condolencias” a los compañeros y familiares del trabajador fallecido y pusieron a disposición de la Inspección de Trabajo y del Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo para aportar la información recabada y disponible en relación con este accidente laboral, “para que se realicen con celeridad las actuaciones necesarias para conocer el conjunto de circunstancias que han concurrido en este trágico accidente laboral”.

 

“No podemos caer en el relajamiento que se está produciendo en seguridad laboral. El miedo a quedarse sin empleo por parte del trabajador, así como la falta de inversión en medidas preventivas por parte del empresario, hace que los trabajadores seamos los dobles paganos de estos lamentables acontecimientos, y que aparte de perder el empleo, estemos perdiendo también la vida”, denunció el sindicato.

 

Por su parte, CCOO hizo hincapié en el "aumento de la precariedad laboral y el empeoramiento de las condiciones laborales propiciadas por la Reforma Laboral y por la falta de inversión en la prevención de riesgos laborales por parte de los empresarios". El sindicato informó de que el carretillero fallecido en Lingotes se sintió indispuesto, debido a un presunto ataque cardiaco, y al bajar de la máquina donde operaba se desplomó con tan "mala suerte" que se golpeó de lleno contra el suelo. "Pese a la inmediata intervención de los servicios de Emergencias nada se pudo hacer para salvar su vida", señala CCOO. Desde la Secretaría de Salud Laboral criticaron las condiciones laborales de esta empresa. “El estrés térmico, producto tanto del calor que existe en dichas instalaciones, como el que lleva haciendo fuera durante este verano, junto con el laboral y la excesiva carga de trabajo a la que está sometida su plantilla, forman un cóctel explosivo para las personas trabajadoras que allí operan. La suma de todo ello, junto con unas condiciones preventivas muy pobres, puede dar lugar a accidentes como el acontecido durante la tarde de ayer. Puesto que no es normal que una persona con esta edad, que gozaba de buena salud, tenga un ataque al corazón que finalmente ha acabado con su vida”.