"La tele ha metido la alta cocina en las casas de España"

D.V.
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Samantha Vallejo-Nágera es uno de los rostros más populares de España gracias a su participación como jurado en el programa MasterChef, que compagina estos días en Valladolid como presidenta del jurado del 16º Concurso Nacional de Pinchos y Tapas

Samantha Vallejo-Nágera, presidenta del jurado del 16º Concurso Nacional de Pinchos y Tapas. - Foto: NACHO GALLEGO (EFE)

Estudió Paisajismo en el castillo de Batres (Madrid) pero Samantha Vallejo-Nágera pudo escapar de los muros que en tiempos habitara Garcilaso de la Vega, el soldado poeta del Siglo de Oro, para encontrar en la gastronomía su 'El Dorado' particular, a la que ha consagrado su vida.

"Llegué un poco tarde a la gastronomía, después de estudiar Paisajismo, pero en poco tiempo me pude formar en muchos sitios: en Lyon con Paul Bocuse y más tarde con Arzak y con Carlos Horcher en Madrid", ha explicado este martes en una entrevista con Efe la empresaria, chef y presentadora televisiva.

Divulgadora culinaria, Vallejo-Nágera (Madrid, 1969) es uno de los rostros más populares de España gracias a su participación como jurado en los programas de RTVE MasterChef, MasterCherf Junior y MasterChef Celebrity, que compagina estos días en Valladolid como presidenta del jurado del 16º Concurso Nacional de Pinchos y Tapas. "La televisión ha metido la alta cocina en las casas de España y hecho posible que la gente se atreva a cocinar otros productos, experimentar con sabores, probar otras técnicas, cosas raras", ha explicado sobre la infinidad de variantes que ofrece una ciencia, un arte y, en su caso "una pasión".

En su diestra luce una pulsera labrada con los dientes largos de un tenedor, es autora de media docena de libros, desde hace años regenta una empresa de cáterin con productos españoles, es madre de cuatro hijos, cuida de un caballo llamado Caviar y de un gato bautizado como Chef, y dice que por sus venas corre aceite de oliva.

Vallejo-Nágera ha puesto a prueba su pasión con la pandemia, que le ha obligado a demorar la apertura de una taberna alojada en una casona del siglo XVII situada en la Plaza Mayor de Pedraza (Segovia), hasta donde ha trasladado su residencia durante los días laborales. "Justamente, esta pandemia ha hecho que nos demos cuenta de que las cosas pueden funcionar a distancia: el colegio y el trabajo. Ha sido un parón, sí, pero todo se va a agilizar mucho con las nuevas tecnologías y nos va a permitir una vida no tan ajetreada con viajes de miles de kilómetros en avión, y olvidar un poco esta dinámica de trabajo hiperproductiva", ha reflexionado.

En su caso, este frenazo en seco le ha llevado hasta la villa medieval de Pedraza, al resguardo de su plaza porticada, cerca de Madrid, donde abrirá en breve una taberna atendida "por siete jóvenes con mucha ilusión que han alquilado un piso para trabajar y vivir en el campo, en un entorno rural con una materia prima increíble", ha explicado. La cocina como estímulo cultural, de ocio y estímulo demográfico en áreas rurales de escasa densidad gastronómica, es otro de los valores que ha defendido como aliciente de un estallido que ha bautizado como "movida gastronómica" desde que hace ocho años la televisión pusiera sus ojos en esta ciencia.

"Los niños ahora quieren ser cocineros y conocer a los grandes chef", ha añadido esta empresaria para quien meses antes de la pandemia, a finales de 2019, se produjo "un 'boom' gastronómico: cada día abría un restaurante nuevo, hubo una sobreexposición gastronómica de sitios que funcionaban tal vez sin criterio", ha opinado.

La reformulación o reinvención, como en su opinión ha hecho Horcher en Madrid con la hija del anterior propietario, es una de las soluciones a una crisis que hace unas pocas semanas se llevó por delante a Zalacaín otro de los santuarios gastronómicos de la capital de España. Cualquier negocio puede prosperar y venirse abajo en función de modas, tendencias y formas de gestión, "pero tenemos que comer cinco veces al día", ha concluido al recordar la piedra angular de la gastronomía desde la que levantar cualquier edificio con sus particularidades, singularidad o señas de identidad.