"Lo que más miedo me da es lo que me imagino al oír algo extraño"

Juana Samanes
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A sus 20 años, la joven intérprete tiene muchísimas ganas de lanzarse a cualquier proyecto cinematográfico, ya sea nacional o internacional

"Lo que más miedo me da es lo que me imagino al oír algo ext

Por su agraciado físico podría pasar por una modelo de alta costura, pero la madrileña Begoña Vargas tuvo claro, desde muy pequeña, que quería ser actriz, y comenzó en el mundo del ballet con solo cinco años. En su Loeches natal (una localidad cercana a la capital) entró a formar parte de un grupo de teatro y, de ahí, dio el salto a la televisión donde destacó en series como La otra mirada y Alta mar. Ahora se estrena como protagonista en Malasaña 32

Algunos la ven como la futura reina española del terror. ¿Le gustaría seguir en este género o, realmente, al leer el guion de Malasaña 32, le interesaron más otras facetas de su personaje de Amparo?

Me gustaría continuar en el terror porque siempre me ha gustado un montón, y que algunos me vean así para mí es un honor pero, personalmente, a mí me encanta todo el cine. Y al igual que Amparo es un personaje muy rico, me agradaría hacer una comedia, un drama intenso con romance e, incluso, intervenir en un musical, porque me fascina.

¿Como afrontó el reto de interpretar su primer papel protagonista con tan solo 20 años? ¿Es usted una actriz lanzada?

Ha sido un personaje muy complicado y, al ser mi primera incursión en el género de terror, quería empaparme de películas de este tipo y a nivel corporal hacerlo con un coach.

¿De qué forma se preparó con una especialista para interpretar a una heroína que lo pasa tal mal como Amparo, en Malasaña 32?

Con Rebeca, mi coach, al principio analizamos varios niveles de terror que encierra la película, y los catalogamos del uno al cinco. Con esa pauta ella me iba indicando el dramatismo de cada escena, buscando en mis propias experiencias, haciendo mucho esfuerzo corporal y trabajando la respiración. 

La cinta introduce elementos cotidianos que acaban provocando terror;  la mecedora, la máquina de coser. ¿Hay algún elemento que a usted le da mal rollo?

A mí, en general, lo que no veo, lo que me imagino. Cuando estoy en casa sola y suena algo, o se cae alguna cosa, pasan cosas por mi cabeza a toda velocidad que me plantean las situaciones más aterradoras. 

El rodaje se desarrolló prácticamente en el edificio Montano que, aparentemente, da mucho respeto. ¿Sintió miedo en alguna ocasión?

El edificio impresiona. Generalmente, en un rodaje, estás siempre muy acompañada, pero como muchas secuencias se desarrollan en el tercer piso, y había que subir y bajar escaleras, en alguna ocasión sí que me encontré sola, con mucho silencio,  y no me gustó demasiado.

¿Qué sentimientos le produce la familia de este filme que ha hipotecado su vida por un piso con okupa sobrenatural y peligroso?

La verdad es que es una familia que da mucha pena porque salen del pueblo para cambiar de vida y se encuentran con que están peor que en el sitio que dejaron atrás.

Tiene un físico muy español. ¿Cree que puede jugar a su favor si se decide a dar el salto internacional?

Pienso que sí. Mi físico puede venirme bien para trabajar en EEUU donde las españolas y las latinas, en general, gustan mucho.

He leído que tiene miles de seguidores en Instagram. ¿Va a aprovecharlo animar a la gente a ver la película?

Claro que sí, las redes las utilizo como herramientas de trabajo para promocionarme. Les voy a animar a que vayan al cine y disfruten con el largometraje.