Santiago González

CARTA DEL DIRECTOR

Santiago González

Director de El Día de Valladolid


Bochornoso espectáculo político en la casa de todos

25/09/2022

Siempre pasa lo mismo, aunque últimamente se están superando los límites. Cuando se acercan las citas electorales los dirigentes políticos suben el tono y el volumen de sus declaraciones, intervenciones y manifestaciones para rozar y en muchas ocasiones llegar- a la descalificación y el insulto de los rivales sin atender a argumentaciones ni gaitas. Desde luego, los actos electorales o mítines han sido el lugar preferido para denostar, criticar e incluso ridiculizar al adversario. Esto lo bordaba Alfonso Guerra, exvicepresidente del Gobierno y número dos de Felipe González en el PSOE. Eran otros tiempos, aunque parece que el cargo de vicepresidente tuviera algún revulsivo para esta política de barriada marginal, con perdón de los vecinos de los barrios que en muchas ocasiones superan en educación y respeto a algunos políticos.
Seguro que a estas alturas todos han pensado ya en el bochornoso espectáculo dado por nuestros dirigentes, a quienes pagamos mensualmente un buenísimo sueldo, con insultos, provocaciones y faltas de respeto, hasta tal punto que el vicepresidente de las Cortes tuvo que suspender el pleno del Parlamento por espacio de 15 minutos para que se calmaran un poco los ánimos. "¡Y que se jodan!", espetó Francisco Vázquez después de asistir a un cruce de descalificaciones entre el representante de Podemos, Pablo Fernández, y el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo (Vox) con la intervención del portavoz popular, Raúl de la Hoz. De vergüenza. Quizás habría que sancionarlos con un tiempo de suspensión de empleo y sueldo. O podrían copiar 200 veces que sin respeto es imposible dialogar y mucho menos buscar soluciones a los problemas de los ciudadanos, que para eso los hemos elegido. Nada más que añadir, señorías.
No estaría de más insistir en que hay que practicar el «respeto al otro siempre, evitando su descalificación, su desconocimiento o su exclusión; asumiendo que escuchar exige reconocer al otro», según palabras de la presidenta del Congreso, Meritxel Batet, durante la solemne sesión de apertura de las Cortes Generales al principio de la actual legislatura. Tampoco es que la hayan hecho mucho caso en el Congreso y en el Senado, pero hay que insistir en ello. Muchas veces se dice que los políticos solo son el reflejo de la sociedad, aunque estoy convencido de que en numerosas ocasiones ellos van por delante con su mal ejemplo y buscan de forma intencionada  tensionar y polarizar la sociedad para buscar más votos en sus alforjas aunque sea a costa de enfrentar a los ciudadanos y apelar a sus miserias más ocultas. Las redes sociales son un ejemplo claro de lo que está sucediendo y debiera servirnos de alerta para frenar a tiempo, antes de que esto se nos vaya de las manos.
Lo más triste de todo es que el deleznable ejemplo de algunos de nuestros parlamentarios esta semana no es un caso aislado. Semanalmente, dirigentes nacionales de PP, PSOE y otros partidos sobrepasan ampliamente la línea de la educación y el respeto. Y no pasa nada. Como no pasa con las palabras gruesas, que en muchos casos encierran falsedades o acusaciones sin demostrar, que semanalmente se escuchan en la Cámara Baja o el Senado sin que casi nadie se sorprenda. Por favor, señores políticos, hay que bajar ya el tono del debate en España. El respeto debe prevalecer por encima de todo lo demás, hablar y escuchar es la base del diálogo y nada se puede conseguir sin que nuestros representantes aprendan a aceptar a los 'otros' diferentes como parte de una sociedad en la que todos podemos convivir, cada uno con sus ideas, proyectos y visiones diferentes. Si esto sigue así, habrá que tomar nota para las próximas elecciones y echar sin contemplaciones de la vida pública a quien no sepa comportarse.
Mientras tanto, por favor ahórrense espectáculos que nos hacen avergonzarnos de nuestros políticos.