Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Nos van a crujir

17/10/2020

Dice el ministro Illa que nos esperan seis meses complicados hasta que haya una vacuna –corto me lo fiais- y una Navidad “diferente”. Diferente es un eufemismo, nos espera una Navidad que no es Navidad, pero no es eso lo peor que se avecina, sino un futuro cada día más negro.

Negro para la salud, la economía, la educación y las relaciones sociales. Con aparición de algo que se creía desterrado: el miedo. Miedo a unos políticos que no trabajan para mejorar la vida de los españoles, políticos sobrados de ineficacia, unos en el Gobierno y otros en la oposición y que ahora, y eso es responsabilidad exclusiva del Gobierno, toman medidas que nos van a llevar directos a la amargura.

Es muy grave que el Gobierno intente manipular la Justicia y que encima culpa de esa iniciativa infame al PP por levantarse de la mesa de negociación. Debe creer Sánchez que los españoles no tienen dos dedos de frente, y se tragan esa inconmensurable falsedad: es el Gobierno el que no respeta la independencia de los jueces. Y hay más: anuncia la ministra Montero nuevas medidas fiscales que no tienen más razón que la necesidad de recaudar para cuadrar las cuentas desbaratadas por un Gobierno que ha derrochado sin cesar porque necesitaba sacar rédito electoral a promesas demagógicas de imposible cumplimiento.

Esas nuevas medidas fiscales son demoledoras para la clase media. Los paganos de este Gobierno y de sus desatinos serán los españoles que viven de un salario que les cuesta ganar, profesionales que han hecho un esfuerzo importante para dar educación y techo a su familia. Es la clase media la que se verá imposibilitada de pagar unos impuestos como los que anuncia Montero, porque además gran parte de esos ciudadanos no han tenido más salida que recurrir a sus ahorros, si los tenían, para capear situaciones dramáticas que les han llevado a cerrar sus negocios o a conocer el significado de las palabras ERTE y ERES.

Decía Alfonso Guerra en tiempos mejores que los ciudadanos no se equivocan cuando votan. Vaya si se equivocan. Han elegido a un presidente que no tiene palabra, que gobierna con un partido que es enemigo de España y de lo español, un presidente al que no duelen prendas para adoptar medidas tan alejadas de la Constitución que inquietan incluso a algunos de sus ministros, y que después de dos años de ejercer el poder ha configurado una nueva España inmersa en la tragedia, y no es solo por el coronavirus. Ese gobierno legítimo porque cuenta con los votos necesarios y que ha tomado decisiones desastrosas, pretende ahora arreglar el desaguisado de las cuentas públicas arañando a los españoles de a pie el dinero que no tienen.

Dan ganas de gritar “socorro” para que los pueden acabar con este dislate –quizá Bruselas- aprieten a Sánchez con el mismo empeño con que Sánchez aprieta, cruje, a los españoles.