Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Mohamed

10/10/2019

Tiene dieciséis años, es educado y la mezcla de árabe y español con la que se expresa le confiere una gracia concordante con la sonrisa con que obsequia al interlocutor. Llegó a Melilla desde Marruecos zafándose de los guardias en la fila de coches del paso fronterizo. De eso hace tres años, los que lleva viviendo en el centro de acogida que comparte con otros chicos de su edad.

Lo que para nosotros es un problema, la España interior y vaciada, para él constituye la tierra prometida. Mirándole a los ojos te das cuenta de que tiene todo lo que necesitamos: la vida por delante, las ganas de construir una familia y manejar decentemente su futuro. Lo demuestra acompañando tres días por semana a quienes se acercan a visitar la plaza de toros. De doce a tres y de cinco a ocho. Más majo que todas las cosas.

Repoblación. El potencial de regiones como la nuestra podría malograse por falta de almas. Al sur y al norte del Duero. Como ocurrió hace siglos y hace siglos resolvimos metiendo gente. Ahora que la enfermedad de la desertización demográfica se manifiesta con toda crudeza llega el momento de abordar un plan gigantesco de restablecimiento. Se requerirá capital económico con objetivos viables y no como la PAC, carísima e ineficiente para fijar población, más bien lo contrario. Y capital humano. Mohamed vendría encantado y nos haría mucho mucho bien.