Julio Valdeón

A QUEMARROPA

Julio Valdeón

Periodista


El caché

30/03/2019

Los imagino al tanto de la polémica entre el alcalde Valladolid, Óscar Puente, y la cantante Rosalía. El primero, a preguntas de un ciudadano, comentó que la artista de San Esteban de Sasroviras pedía medio millón de euros y que el Ayuntamiento no puede pagar su caché. Rosalía salió al paso:  «Lo único que voy a decir sobre lo que se dice que pedimos x nuestro show es q es falso. Es cierto q no es un show sencillo (ya me conocéis) y que somos muchas personas trabajando para que el show sea increíble, pero eso que se ha dicho está lejos de ser verdad». Finalmente Puente contraatacó (con evidente mala follá): «si esa no es la cifra digamos su caché y estaremos encantados de contratarla. Ya lo intentamos en 2018 cuando nos pedía 45.000€ pero no tuvo fecha». En la polémica ha terciado el director del festival BBK, Alfonso Santiago, «Puedo confirmar que la cantidad que cobra Rosalia dista muchísimo de lo que dice Oscar Puente». Otro de los festivales donde donde Rosalía tiene previsto actuar, el Primavera Sound, no entienden «por qué se está hablando de esas cantidades. El caché de Rosalía es bastante razonable». Expuestas las principales declaraciones, y añadido que según los conocedores del negocio el caché de Rosalía no debe de superar los 200.000 euros, nadie pregona el precio de los artistas que no han sido contratados porque a nadie interesa. Queda muy pero que muy feo enmierdar a quien no tocará en tu ciudad publicitando unas cifras (reales o, todavía peor, imaginarias). A ver si al final el problema consiste en que a falta de Pet Shop Boys (¿recuerdan?) en el cartel de las Fiestas brillarán de nuevo talentos del calibre de los llamados triunfitos sección 2017, los Agoney, Aitana, Ana Guerra, Cepeda y Roi que a modo de saldos encontrados en una academia de karaoke ocupaban el podio mientras luminarias como Chenoa hacen de Valladolid la envidia del universo musical. Por lo demás las reacciones en redes sociales han sido las acostumbradas, o sea, de vergüenza ajena, con todo cristo opinando de un negociado del que, elemental, no tiene ni pajorera idea.