Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


¿Igual?

30/03/2021

A juzgar por las sonrisas, los abrazos, los parabienes y las felicitaciones que siguieron, en las filas del PP y de Ciudadanos, a la votación de la moción de censura, todo va a seguir igual en Castilla y León. Mañueco, Igea y sus mesnadas respiraron aliviados y se sintieron seguros, reforzados. Tudanca y sus huestes tuvieron que aceptar una derrota tan previsible como esperada. Muchos nos preguntamos aun por qué presentaron tal iniciativa si no tenían atados, o al menos en vilo, los necesarios votos de Ciudadanos. Por responsabilidad, para dar un nuevo rumbo a esta tierra, afirman los socialistas. Por irresponsabilidad, porque se lo ordenó Sánchez, dicen los de la coalición gobernante. Fueron los argumentos manejados una y otra vez durante unos debates tediosos, repetitivos y carentes de imaginación y propuestas novedosas. Debates en los que volvió a aflorar una de las constantes de la Junta cuando en Moncloa gobierna el PSOE: el victimismo. Ya nos parecemos a los independentistas de Cataluña. Allí cuentan que España les roba; aquí aseguran que el gobierno central nos maltrata, discrimina y nos envía menos de lo que merecemos. Curiosamente, esto no se dijo nunca cuando en España mandaban Aznar o Rajoy, ¡y mira que había cosas de las que quejarse! Otra de las conclusiones de la moción es que el dúo PP-Cs ha perdido la mayoría absoluta en las Cortes; por un solo voto, pero la ha perdido y eso le obligará a negociar en asuntos tan vitales como los Presupuestos. ¿Dónde hallará el procurador perdido? Por Ávila tiene todas las papeletas, aunque ya dice el refrán que no hay peor cuña que la de la misma madera. Pero lo venderá caro: inversiones, dinero, dotaciones… Algo similar pedirán los leonesistas con el agravante de que exigirán el reconocimiento de la supuesta región leonesa. Y por ahí no van a pasar ni PP ni Cs. ¿Y Vox? Muy peligroso, mucho, echarse en sus brazos. El coste político sería muy alto. De modo que la moción, inocua ella, nos ha traído una importante incógnita. ¿Todo igual? No parece, pero… Quizás lo arregle Teodoro García Egea.