Francia, Italia, Alemania, Reino Unido... casi toda Europa lleva ya días moviendo ficha en esta especie de partida de ajedrez en que se ha convertido la lucha contra la pandemia, para rebajar la vida social de sus ciudadanos a la que suben los contagios. Confinamientos, clausura de negocios no esenciales, limitación de la movilidad, toque de queda... En Europa hacen las jugadas ya conocidas para tratar de no perder la partida y contener la cuarta ola.
Porque la vacunación solo ha llegado a tiempo de blindar a nuestros mayores y el grueso de la sociedad está aún lejísimos de la inmunización, por lo que, mientras tanto, no hay otra que seguir disputando esa partida sin ninguna jugada ganadora; toca contener. Sí, dicen que a partir de abril se incrementará la llegada de vacunas, con más variantes y más cantidad, pero nadie se atreve a poner la mano en el fuego. Mucho menos en España, donde estamos a merced de lo que nos den, sobreviviendo entre ola y ola, con la ‘fatiga pandémica’ cada vez más implantada en una ciudadanía ansiosa por recuperar su vida.
Pero en esto la impaciencia no va a ayudar. Querer normalizar nuestras vidas antes de tiempo solo va a ayudar a que la cuarta ola irrumpa antes y con más fuerza. La Semana Santa debe ser tan prudente o más de lo que marca la normativa, por mucho que nadie entienda que un alemán sí pueda pasear por una playa de Baleares y un vallisoletano no pueda escaparse al Cantábrico.
En Francia llevan con toque de queda a las seis de la tarde desde antes de que Castilla y León impulsase el suyo y, aún así, ya tienen encima la cuarta ola y ahora han vuelto a los confinamientos. En Italia, se han endurecido las restricciones y habrá confinamiento total para los tres días festivos de la próxima Pascua italiana. En Alemania no hay bares desde noviembre, cerraron los colegios dos meses y medio, y ahora se van a ampliar las medidas de contención. En Reino Unido solo permiten reuniones de dos convivientes y al aire libre...
Las 17 versiones españolas de lucha contra la pandemia llevan casi un mes en proceso de desescalada y al Ministerio ha frenado nuevos avances hasta después de una Semana Santa en la que habrá bares y ocio con control de aforo y toque de queda, pero con un riesgo evidente de rebrote; porque esta peli ya la vimos en navidad. La cuarta ola llama a la puerta y no hay más jugada que la prudencia.