Alfonso González Mozo

PLAZA MAYOR

Alfonso González Mozo

Periodista


La milonga del Campus

10/04/2021

Recuerdo bien el día en que Feliciano Trebolle lanzó la idea de que Valladolid necesitaba un Campus de la Justicia. Era octubre de 2004 y el gran presidente de la Audiencia Provincial se echó al monte de los despachos para sentenciar a muerte la vergonzante dispersión de sedes judiciales. Él, juez penalista que condenaba a ladrones y asesinos, se metía en una guerra que le obligó a desplegar toda su diplomacia para ir ganando adeptos a una batalla que se libraría muy lejos del ámbito judicial; entre alcaldes, concejales de Urbanismo y ministros...
Su primera idea fue siempre la que parece que va a ser la definitiva, pero casi dos décadas después de que Feliciano la lanzara: el colegio El Salvador. Cerrado, abandonado, sin uso... y en una ubicación perfecta, a apenas cinco minutos del histórico Palacio de Justicia de Valladolid y de la sede de los juzgados. Pero el presidente de la Audiencia se topó pronto con la negativa del Ministerio a financiar la compra de El Salvador que, por entonces, se cotizaba en la franja de los 30 millones de euros. Fernández Bermejo, fiscal metido a ministro socialista, le dijo que había que buscar suelo en la ciudad a coste cero y su sucesor, Francisco Caamaño, daba el visto bueno a una operación en la que colaboraba al 100% el Ayuntamiento de Valladolid de León de la Riva. Parcela municipal en Girón para el Ministerio y edificio de los Juzgados de Angustias, para el Ayuntamiento. Mientras tanto, un milloncito al año en alquileres de sedes judiciales.
Pero ahí empezó a sonar la milonga de unos y otros. La permuta no arrancaba y el Ministerio daba timoratos pasos; con el PSOE y luego con el PP. Se tardaron tres años en tener proyecto para aquella parcela y otros tres en prometer el inicio de las obras. Y así se llegaba a la primavera de 2015, con Puente y Saravia recién llegados al Ayuntamiento y decididos a frenarlo y retomar la idea de El Salvador, para evitar la salida de más organismos oficiales del casco histórico; objetivo lícito y hasta coherente... si se hubiera cumplido en menos de un lustro. Decían que El Salvador sería suyo por las buenas o por las malas, pero ya entonces Trebolle era pesimista por lo complicado de la operación y su más que posible judicialización. El tiempo le ha dado la razón.
Nadie sabe si de verdad las obras hubieran arrancado en Girón en 2015, pero lo que sí está claro es que han pasado seis años y no hay Campus y el Ayuntamiento, casi de tapadillo, se ha visto obligado a afrontar la compra pagando siete millones. Y la milonga sigue sonando...