Maite Rodríguez Iglesias

PLAZA MAYOR

Maite Rodríguez Iglesias

Periodista


Fisión

17/12/2022

Que los políticos cada vez se alejan más de la calle es ya un mantra, pero hay semanas como esta donde parece que han decidido dar la espalda a los que representan. La crispación se ha disparado a niveles desconocidos y estamos entrando en terrenos farragosos de los que será muy difícil salir sin heridas. Los debates de las últimas semanas en el Congreso, y resto de foros representativos, se trasladan a la calle con mensajes muy simplificados, que solo buscan adhesiones inquebrantables, sin dejar lugar a matices, ni responder a la mínima duda. Nada nuevo dirán algunos, pero eso no es la política.
Mientras, la vida sigue, y vamos capeando el temporal como buenamente podemos. Ahora llegan las navidades, ya lo anuncian desde hace semanas las calles y plaza iluminadas, pero el espíritu de la Navidad tiene miedo a aparecer. Las familias hacen malabares para que la crisis no se note demasiado en las celebraciones y no falten turrones en la mesa. Nadie quiere renunciar a celebrar, a reunirse, aunque eso conlleve alguna discrepancia con algún pariente, por la política.
Pero pocos se acordarán de otros protagonistas, que merecen que nos fijemos más en ellos para mantener la esperanza en un futuro mejor. Ya sucedió en pandemia, cuando los científicos consiguieron en tiempo récord las vacunas para salvar millones de vidas de la covid-19. Superada la pandemia, desaparecieron del foco mediático, pero ahora llega el reto de la crisis energética. Aquí tampoco hay consenso político para encontrar soluciones alternativas. Y nuevamente los científicos nos avanzan que la idea más prometedora para cambiar la historia de la humanidad empieza a ser una realidad. Se trata de la fisión nuclear, una tecnología limpia y barata y casi infinita, que reproduce las condiciones en que se crea energía en las estrellas.
Unas investigaciones que se realizan mayoritariamente con escasísimos fondos públicos, y con estas mentes privilegiadas en unas condiciones laborales muy precarias, al menos en España. Y de esto se ocupa poco la política y la sociedad en su conjunto.
Por eso es importante sacar este hito del ruido de la crispación política. Es un logro que llega tras sesenta años de investigación y que demuestra que el trabajo y la constancia dan sus frutos, mientras el ruido y las alharacas solo encubren la mediocridad.

ARCHIVADO EN: Navidad, Pandemia, Vacuna, COVID-19