Julio Valdeón

A QUEMARROPA

Julio Valdeón

Periodista


Plurinacionales

07/03/2020

Pablo Iglesias, vicepresidente, opina que «Nuestra democracia será mejor cuando los responsables políticos, los policiales y los mediáticos de las cloacas estén en la cárcel, que es donde tienen que estar (...) la deontología profesional y la libertad de expresión hacen del periodismo un instrumento para publicar cosas que incomoden al Gobierno, no para lamer las hemorroides del poder». Iglesias, de paso, aspira a construir una «república plurinacional y solidaria». Percute en la chorrada de 2017: «España es una realidad plurinacional enormemente compleja». Será porque no ha visitado León, reino. Con sus idiosincrasias diversas y sus diversidades idiosincráticas. Multiculturales. Multisectoriales. Plurinacionales. Tan caleidoscópicas, las variedades, multiplicidades y pluralidades leonesas que ya las quisiera Manhattan en hora punta, Singapur de madrugada o Toronto un día cualquiera. Pablo Iglesias, en realidad, llegó para enterrar a la izquierda española en la fosa séptica de las identidades. Como tiene escrito uno de mis maestros, el geógrafo Fernando Manero, basta con acordarse de la URSS, Yugoslavia o Bolivia para asimilar que las experiencias en ese sentido acabaron «no sólo como fracaso estrepitoso sino también como tragedia». Por no hablar que el concepto plurinacional fue exportado a Bolivia y otros pobres países del Cono Sur por la misma jauría de aprendices de brujo que hoy capitanea. El mismo que acusa a los ministros del PSOE de machistas frustrados por a enmendar la basura de proyecto de ley redactado por el parvulario Queer de Unidas Podemos Hacer el Ridículo hasta unas Cotas que No habrías imaginado ni ciego de Ratafía o Grifa y de paso, Unidas Podemos Mandar a Tomar por Rasca la Tutela Judicial, la Presunción de Inocencia, la Libertad Sexual, la Separación de Poderes, la Libertad de Expresión y... y no sigo porque voté durante años a IU y apetece morirse, del bochorno, la desazón, la pena. Apetece vomitar, sí, ante la vergüenza que producen estos individuos y del espectáculo que ofrecen, sepultureros de algunas de las luchas más gloriosas de los dos últimos siglos.