Maite Rodríguez Iglesias

PLAZA MAYOR

Maite Rodríguez Iglesias

Periodista


Resistencia al cambio

16/05/2021

Los cambios suelen ser complicados. Al principio es normal manifestar cierta resistencia, quizás más por miedo a lo desconocido que por el propio cambio. A la gente, de entrada, nos cuesta aceptarlos, sobre todo cuando afectan a nuestros hábitos cotidianos, a las rutinas de nuestra zona de confort. Y eso está pasando con los planes de movilidad en Valladolid. La primera reacción suele ser pensar que si toda la vida hemos ido por esta calle, ¿por qué ahora no podemos pasar? O enfadarse al comprobar que si siempre hemos aparcado en la puerta de casa, ¿por qué ahora no podemos? Pero, poco a poco, muchos van viendo más ventajas que inconvenientes, y al final hay adaptación y aceptación.
Está claro que estos cambios no están exentos de polémica, de mucho ruido mediático y político, y también de algunos argumentos razonables, pero también debatibles. Uno de los puntos más críticos es la conocida como VA-10, un carril exclusivo para bus y taxi, que deja las arterias que rodean el casco histórico con un solo vial para el tráfico privado.  Desde que se implantó, el Ayuntamiento se ha esforzado por explicar las bondades de la iniciativa, pero los atascos que se generaron al principio, en parte por esa resistencia al cambio, contradecían esa tesis. Pero lo que ayer era, hoy ya no es. Y lo que hoy no está, mañana sí. Y poco a poco se ha rebajado esa resistencia. Un carro al que me subo después de ver la medida desde el otro ángulo, desde el del usuario del transporte público y no del vehículo privado. Obviamente es una experiencia subjetiva, pero el pasado fin de semana, cuando cogí un taxi en plaza de España para ir a la avenida Las Mieses, no pudo ser más positiva y agradezco ver estas modificaciones desde otra óptica. Me sorprendió que el trayecto por el carril para transporte público fuese tan rápido, mientras el otro vial tenía un tráfico bastante denso. Una experiencia que se puede trasladar a los usuarios de las líneas de transporte público que pasan por la VA-10.
Esto no quiere decir que no haya que modificar o mejorar las políticas de movilidad, pero también hay que conseguir que más población se conciencie de que necesitamos avanzar, y eso implica, la mayoría de las veces, un cambio. Y estamos en un momento propicio para ello. La pandemia y todas las situaciones inéditas que estamos viviendo ya nos han sacado de nuestra zona de confort.