Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


Para 2021

04/01/2021

Tras el balance de lo que fue el 2020, año que recordaremos principalmente por lamentables motivos y durante mucho tiempo, entran en el escenario los asuntos pendientes para 2021. Es obvio que todo lo relacionado con la situación sanitaria, la evolución del virus y el despliegue de la vacuna, mantendrá la prioridad en la atención de la gente. Pero, junto a ello, se apuntan otros temas que, aunque aún no están planteados abiertamente en toda su intensidad, ya han empezado a generar debate; hay dos, en concreto, que, a buen seguro, ocuparán espacio importante, tanto por su compleja naturaleza, como por la dimensión de los efectos que tienen.
Uno es la gestión de los cuantiosos fondos de reconstrucción que empezarán a llegar de Europa, como consecuencia de la aplicación de los programas de recuperación y transformación de la economía, y que deben ser ejecutados en el marco de los presupuestos recientemente aprobados, sin perder de vista la necesaria actualización del sistema de financiación autonómica. Todas las antenas van a estar puestas en su distribución territorial y en la selección de las iniciativas que vayan a ser financiadas con cargo a esos fondos. Ha bastado que se empezaran a difundir algunas cifras del reparto para que los tambores de la discriminación o del agravio comparativo se hayan puesto a sonar. Y no puede haber otra fórmula que no sea la rigurosa objetividad de los criterios a utilizar en ese doble aspecto territorial y sectorial; criterios que deberían ser fruto de un diálogo transparente y del máximo consenso posible entre Administraciones públicas, fuerzas políticas y agentes sociales y económicos.
El otro asunto, tanto tiempo planteado y urgido, será el del futuro del sistema de pensiones. También aquí han bastado algunas ideas anticipadas sobre el periodo de cálculo de la pensión, para que se haya puesto en marcha la «guerra de guerrillas» en el seno de la coalición gubernamental. Nadie duda de que la sostenibilidad del sistema exige reformas y, por eso mismo, no es de recibo buscar rentabilidad política descalificando propuestas sin ofrecer alternativas de financiación del sistema. Todas las reformas en esta materia generaron siempre tensión y desacuerdo, y no va a ser distinto ahora; pero no por ello deben eludirse las medidas que sean estrictamente necesarias.
Así que, feliz, y animado, 2021.