Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


Crisis

07/12/2021

¡Cómo estará el sector agrario para que el diario de mayor tirada de España le dedicara el pasado domingo casi toda su portada y las dos primeras páginas de la sección Economía y Trabajo! Y no es, precisamente, un periódico volcado con los problemas de los agricultores y ganaderos, salvo las puntuales, y documentadas, crónicas y noticias del excelente periodista burgalés Vidal Maté, probablemente quien más y mejor sepa de los avatares y aspiraciones del mundo campesino. Pues bien, "El País" publicaba el 5 de diciembre un extenso reportaje cuyo título era todo un editorial tan certero como llamativo: "El campo se ahoga".  En el subtítulo, también en primera y a cuatro columnas, lo explicaba: "El encarecimiento de la luz, el gasóleo, los fertilizantes y los piensos se come los ingresos extra del sector derivados del alza de precios de los alimentos". Crisis, crisis aguda. Y esta vez (bueno, tampoco las anteriores) no cabe achacar las quejas a que los labradores son unos llorones y nunca están satisfechos con nada. No, los datos ponen la piel de gallina. Veamos: el gasóleo se ha encarecido en un año un 70%; los piensos, un 30%; las semillas, un 20% y los abonos  nitrogenados han duplicado su precio. Paradójicamente, y dado el aumento de precio de los alimentos, los agricultores, y sobre todo los ganaderos, están cobrando lo mismo que antes o menos. Es decir, el consumidor (usted y yo) paga más, mucho más, y a quien produce todo eso que nos llevamos a la boca no le repercute. Al contrario, como también es consumidor (tiene la mala costumbre de comer cuando se baja del tractor o deja de ordeñar) le afecta asimismo la carestía. Es fácil adivinar que, en estas condiciones y si no cambia el panorama, muchas explotaciones van a cerrar, lo que, además de otros daños, no hará más que aumentar la despoblación. ¿Y de dónde saldrán los alimentos del futuro? Hay gente que ni se lo plantea, que cree que alguien hará algo, lo que sea, para que a él, si puede pagarlo, no le falte de nada. A esta tropa cabe preguntarle: si todos los agricultores y ganaderos se arruinaran y abandonaran su labor, ¿qué sería de nosotros? Piénsenlo, aunque sea de pasada.