Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


Luz

22/06/2021

Es el principal tema de conversación en la calle, aunque políticos, periodistas, tertulianos y demás peritos en todo sigan enfrascados en los indultos, el futuro de Casado, los supuestos nombramientos que hará Sánchez en su gobierno, las cositas de Ayuso, el PSOE andaluz y la ¿nueva? estrategia de Podemos. Me refiero, claro, al precio de la luz, a lo que hay que apoquinar por encender las bombillas o poner la lavadora. El personal ya se sabe de memoria eso de las horas, valle, llano y punta, pero no acaba de entender por qué sube tanto la electricidad si los que mandan se hartan a decirnos que, con los cambios en las tarifas, todo irá mejor, de perlas. Me acuerdo mucho estos días de una frase genial de quien fue director de Informativos de TVE, Enrique Vázquez. Decía: “Tengo para ti malas noticias, pero excelentes explicaciones”. Trasládenla al precio de la luz. La noticia es mala, subidas y más subidas, pero, amigo, las explicaciones son superexcelentes, mega guais, chulis de verdad. Lea usted lo que lea, oiga lo que oiga, siempre hallará un experto que desmenuzará la factura y le dirá, con un lenguaje difícil de entender para los profanos, las razones del incremento del recibo. Usted y yo no comprenderemos nada (o casi) y saldremos con la cabeza como un bombo y con una pregunta en los labios: ¿pero nadie puede actuar? Se ve que no, que muchas explicaciones, muchos análisis, pero ninguna solución. Y eso que la energía que usted consume solo supone un tercio del precio final. El resto corresponde a impuestos (20%) y a cargos y peajes, o sea lo que se paga por el trasporte y la distribución. Es decir, intervienen muchos protagonistas, mas ninguno mete mano para que la luz no se ponga por las nubes. Todos tienen alguna disculpa o, como decía Enrique Vázquez, excelentes explicaciones. Incluso hay directivos de empresas eléctricas que se quejan de que ganan poco o que pierden dinero. Otros hablan de reformar el mercado y el sistema de retribución. Para echarse a temblar. Cada vez que hablan de reformas, subida al canto. ¿Qué se les ocurrirá ahora? Toca rezar aun más.