Maite Rodríguez Iglesias

PLAZA MAYOR

Maite Rodríguez Iglesias

Periodista


Las siete plagas y lo que está por venir

02/04/2022

Esta vieja expresión, que se usaba para señalar todos los males que pueden sobrevenir a la humanidad, surgió de una leyenda bíblica, pero se está volviendo muy recurrente en el argumentario político. Aunque los más apocalípticos apuntarán que fueron diez y no siete las plagas que Yahvé, por intermediación de Moisés, echó sobre Egipto porque el faraón se negaba a dejar salir de su suelo a los hebreos. 
Sean siete o diez, vivimos un momento histórico en el que a un ritmo vertiginoso nos superan acontecimientos que se cobran miles de vidas y obligan a millones a vivir en condiciones inhumanas. Primero llegó la pandemia y nos familiarizamos con imágenes que creíamos solo posibles en la literatura distópica. El coste de la peste ha sido muy alto en vidas humanas, pero también evidenció nuestra capacidad para sobrevivir con el desarrollo de las vacunas en tiempo récord. Y cuando ya atisbábamos la luz al final del túnel e íbamos directos a vivir otros felices años 20, asomó en el horizonte el horror de la guerra. Y así, llevamos semanas siendo testigos directos de esa otra capacidad que creíamos amortiguada, la de la autodestrucción. 
Esta secuencia inédita se acompaña de la crisis social y económica que está quebrando los principios del Estado de bienestar. Seguimos siendo una sociedad solidaria, pero la avalancha de refugiados ucranianos que se espera, más los que seguirán llegando del continente olvidado (África), va a tensar al máximo el sistema de protección social. Y esto coincide con la pérdida de poder adquisitivo de gran parte de la población por la escalada de precios. 
Estas calamidades no son las mismas que las de Egipto, ni tampoco un castigo divino, pero hacen que cada día dé vértigo asomarse a las páginas de los periódicos. Pero también hay espacio para la esperanza, para creer que seremos capaces de reconducir esta situación crítica. Algo que he visualizado gracias a Sied Muhamed, un inmigrante de 22 años, que no dudó en lanzarse al Pisuerga para salvar a un joven. Sied abandonó Eritrea a los 14 años por la pobreza que azota este país. Allí dejó a sus padres. Se embarcó en una patera, le rescató Cruz Roja, acabó en un centro de menores de Italia y luego llegó a España con 17, donde sobrevive con trabajos esporádicos y vive en el albergue municipal. «Solo tenía en mi corazón salvar la vida de esa persona. Nada más», asegura. Palabras que ayudan a recuperar confianza en el futuro.