Santiago González

CARTA DEL DIRECTOR

Santiago González

Director de El Día de Valladolid


La batalla legal contra el ruido del ocio nocturno

05/02/2023

La declaración esta semana de la primera 'zona acústicamente saturada' reabre el viejo debate entre la convivencia del ocio nocturno y el descanso vecinal. No es la primera vez que dedico este espacio semanal a reclamar respeto mutuo para hacer posible el derecho de todas las personas, pero soy consciente de que esto no llega si no se ponen límites e incluso sanciones a quienes no cumplen con las normas ya existentes. El Ayuntamiento, ante la reivindicación insistente de los vecinos y la superación reincidente del ruido ambiental, ha puesto coto a la zona de Coca (un área comprendida entre las plazas Martí y Monsó, Poniente y Santa Ana; el paseo de Isabel la Católica, y las calles Molinos, Correos, Reina, Pasión, San Lorenzo y Pedro Niño) y se aplicarán restricciones que deben bajar los decibelios.
Hosteleros, clientes y vecinos deben hacer compatibles todos sus derechos y las autoridades tienen que velar para el escrupuloso respeto a la ley. Dicho así, parece fácil pero no lo es. La acumulación de bares, pubs, restaurantes y discotecas en algunas zonas suman un cóctel explosivo que provoca demasiado ruido y numerosas molestias en calles y plazas donde se reúnen cientos de personas, en muchos casos jóvenes, y que impide el normal descanso de quienes desean hacerlo. Y esto se agrava especialmente en el caso de las terrazas. Tras varias campañas de sensibilización, en las que han colaborado todas las partes afectadas, no ha quedado más remedio que aprobar la declaración de 'zona acústicamente saturada', lo que significa un endurecimiento de la normativa para que no se puedan conceder más licencias a actividades potencialmente ruidosas, ni autorizar más terrazas ni ampliación de las existentes, así como que los establecimientos con doble licencia (en muchos casos utilizada para los 'after') deberán esperar cuatro horas para su reapertura.
Estas restricciones, que deben unirse a una mayor vigilancia para el escrupuloso cumplimiento de las normas, tienen como objetivo que la situación vuelva a su cauce, aunque es complicado en áreas donde existen más de 70 establecimientos de hostelería, principalmente bares musicales. Las sanciones serán duras y la reincidencia puede llevar al cierre, así que cada uno deberá ser responsable y poner su granito de arena para que los jóvenes y no tan jóvenes puedan disfrutar de las copas, la música y el baile en horario de madrugada a la vez que los vecinos puedan dormir o descansar en sus casas sin alteraciones ni ruidos constantes.
Y la zona de Coca solo es el primer paso porque desde el Ayuntamiento ya han anunciado que en los próximos meses se sumará el área de San Miguel, donde también se reúnen un buen número de locales nocturnos. Pero no son los únicos. A partir de ahora, quizás algunos se apliquen eso de 'cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar' y se comience a ser más respetuosos con los horarios de cierre, la recogida de las terrazas o el volumen de la música. Si no es así, habrá que seguir el mismo camino en otros lugares de la ciudad, donde además de los ruidos excesivos, se producen situaciones de suciedad e inseguridad.
Todos podemos y debemos colaborar en esta tarea de mantener el equilibrio entre un ocio responsable y el respeto a los vecinos. El Ayuntamiento ha tomado la iniciativa, como le corresponde legalmente, pero cabe esperar la responsabilidad de los propios empresarios y a la moderación y buen comportamiento de los ciudadanos, clientes que salen a divertirse pero que no pueden sobrepasar ciertas barreras que afectan a los derechos de los demás. En una sociedad moderna el ocio es fundamental para una amplia mayoría de las personas, pero nunca es buena idea que se concentre demasiado en una reducida zona, pues en esos casos los problemas no tardarán en llegar. La convivencia es posible, pongamos todos el granito de arena.