Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Lecciones del pacto

19/06/2020

La firma del Pacto para la Reconstrucción de Castilla y León se convirtió en un acto de recriminación de los firmantes a sus mayores. Todos los responsables políticos, directa o indirectamente, afearon la conducta de los líderes nacionales de sus respetivos partidos políticos por ser incapaces de alcanzar un acuerdo en favor de los ciudadanos, de quienes acabarán pagando la crisis económica provocada por el inesperado y pavoroso virus. Mañueco lanzó un torpedo a la línea de flotación del tándem Cayetana-Casado: «Hay alternativa a la confrontación, la fuerza surge de la concordia». Y dio una explicación para iracundos de lo que el presidente de Castilla y León entiende por pacto: «No es un contrato de adhesión, sino de negociación y de renuncias mutuas». Es evidente que es más fácil dar este tipo de consejos sentados en la cúspide del poder que consumidos por el ansia viva de arrebatárselo al adversario. Lo mismo cabe decir del podemita Pablo Fernández, para quien lo importante no es estar plenamente de acuerdo, sino «marchar por el mismo camino». Francisco Igea, discordante de Arrimadas, apostilló que «hay otro modelo de hacer política».
No se sumaron al acuerdo únicamente Vox, partido que basa su estrategia en el exabrupto, y UPL, cuyo único procurador regional se ha confesado ninguneado en la negociación. Luis Mariano ha recriminado a los firmantes que le fuera entregado el documento apenas 24 horas antes de la firma, que no se tuvieran en cuenta aspectos concretos que afectan a la provincia de León, y que en general el documento esté lleno de vaguedades a pesar de contemplar más de mil millones de inversión, 250 en Sanidad y 780 para el llamado Plan Social. La autoexclusión es una apuesta demasiado arriesgada, sobre todo si se tiene en cuenta que su queja apenas tendrá repercusión mediática y social, también en León, y desde luego tampoco su solitario voto moverá otros apoyos en la discordia. La compañía de Vox en el rechazo al pacto, más allá de cualquier otra afinidad, supone para los leonesistas un problema añadido. Preocupante. Es difícil explicar discrepancias entre quienes son vistos caminando juntos.