Editorial

Pedro Sánchez tensa la cuerda de la negociación con Pablo Iglesias

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El PSOE, partido ganador de las últimas elecciones generales, da por rotas las negociaciones con su 'socio preferente', Unidas Podemos. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, estalló ayer en los micrófonos de una radio y acusó al líder de la formación morada  Pablo Iglesias, de convocar una consulta con sus bases, pero sin incluir la última oferta puesta sobre la mesa de incluir a profesionales de reconocido prestigio de Unidas Podemos como ministros del futuro Gobierno central. Sánchez no se fía de Iglesias, y viceversa, por lo que el futuro político del país pende de un hilo o de un as debajo de la manga que resuelva este entuerto parlamentario que una democracia como la española todavía no es capaz de digerir con la naturalidad que le exigen los ciudadanos, cansados de acudir varias veces a las urnas en los últimos años.

Pedro Sánchez considera que la investidura fallida en el Pleno del Congreso de los Diputados los próximos días 22 y 23 es una opción más real, si cabe, que hace unas semanas, y apunta a Pablo Iglesias y a Unidas Podemos de ser responsables de esta situación. En 2016, la formación morada ya impidió que Sánchez fuese presidente del Gobierno al votar en contra del acuerdo de PSOE y Ciudadanos y compartir su voto negativo junto al PP de Mariano Rajoy. Ahora, se puede dar la misma situación, pero los compañeros de viaje de Iglesias sería el PP, Ciudadanos y Vox, por lo que Sánchez no entiende cómo una formación progresista puede tener la misma postura que los partidos más a la derecha del espectro político nacional.

Los dos líderes -Sánchez e Iglesias- consideran que las declaraciones cruzadas responden más bien a la estrategia marcada por cada uno que a la responsabilidad de Estado que tienen entre manos y los egos de uno y otro también parecen entrar en escena, por lo que la situación se enrarece aún más cada día que pasa. Veremos a ver cómo llegan los dos socios preferentes a la próxima semana, clave en el futuro político a corto plazo del país, porque del resto de fuerzas ya conocemos su posición férrea -«No es no», que decían antes-.

Mientras tanto, los ciudadanos de a pie ven cómo las semanas avanzan hacia esa sesión plenaria de investidura sin que pase nada, es decir, que el país continúa hacia adelante, con expectativas positivas moderadas en la economía, a pesar de no contar con un Gobierno ya nombrado. Los rifirrafes políticos empiezan a pasar a un segundo plano de la actualidad informativa y el país se encamina hacia un verano tórrido que desembocará en unas vacaciones siempre merecidas. Pero parece que este año, los políticos tendrán deberes que hacer y las vacaciones serán más cortas de duración.