Alfonso González Mozo

PLAZA MAYOR

Alfonso González Mozo

Periodista


Malabarismos judiciales

06/02/2023

Anda buena parte de nuestra clase política poniendo en el ojo del huracán a toda la justicia. La de los insignes magistrados del Constitucional y el Supremo, pero también la del juez de provincias que se deja la vida por que su juzgado esté lo más al día posible, que pone sentencias en casa por la tarde y que se adapta como un camaleón a las escaseces con las que tienen que trabajar.
Los políticos vilipendian a los jueces con la tranquilidad de saberse intocables, porque no suelen revolverse ni tienen tras de sí ningún lobby mediático que ponga sus puntos sobre las íes de la opinión pública. Y soportan a esos políticos en silencio, refunfuñando en algún grupo de Whatsapp o durante una café con otros colegas, pero muy lejos de esos altavoces de los que huye la mayoría de los miembros de la judicatura.
Y tienen que escuchar día sí, día también que están interpretando erróneamente la nueva ley del 'solo sí es sí', que son todos unos machistas retrógrados y que poco menos que están disfrutando cada vez que rebajan una pena o dejan en libertad a un violador. Es más fácil decir esto que asumir un articulado que ha salido de las entrañas de esa clase política.
Esa misma clase política, tan proclive al abofeteo público al poder judicial, es la misma que lleva veinte años regateando a la justicia vallisoletana a cuenta de la necesidad de contar con un nuevo edificio que acabe con los problemas de espacio que arrastran los juzgados. Ya hay un protocolo firmado y, en teoría, el Campus echará a andar más pronto que tarde, pero por ahora es solo un papel a medio año de las elecciones y muchos dicen que esperarán a verlo para creerlo.
Y mientras tanto tenemos a los jueces  de nuestra ciudad haciendo malabarismos para poder trabajar a un ritmo digno, a los letrados de la administración de justicia, en huelga y a los funcionarios continuamente ninguneados por el Ministerio.
El último ejemplo es la falta de salas de vistas en la sede de Angustias para celebrar todos los juicios que hacen falta y el hecho de que el Ministerio ni tan siquiera responda a la propuesta para paliar esta situación mediante la instalación de un sistema de grabación en siete despachos. Ni hablar de crear nuevos juzgados (ni sabrían ni dónde) o de elevar la remuneración de las guardias semanales de los jueces, a algo más digno que 1,25 la hora...