Belén Viloria

TITULARES DEL FUTURO

Belén Viloria


El valor de la colaboración

25/06/2022

31.000 ha arrasadas en Zamora. Una tormenta seca en pocos días ha causado el mayor desastre ecológico de Castilla y León. En una semana en España un total de 52.000 destruidas. 
Nuestros montes y pinares son una enorme fuente de riqueza que ahora se ve mermada, y sobre todo se vive y siente una gran frustración. Muchos se preguntan si se podía haber evitado, otros si se podía haber actuado y mitigado antes, y la mayoría se preguntan qué futuro les espera y cómo van a alimentar el ganado el invierno que viene y a recuperarse de este desastre económico y medioambiental.
No podemos ocultar que el cambio climático conducirá cada vez más a eventos climáticos extremos y peligros naturales, desde fuertes inundaciones a olas de calor mortales hasta incendios forestales. En la UE, este tipo de emergencias costó más de 90.000 vidas y 500.000 millones de € entre 1980 y 2017. Y el propio covid-19 nos ha demostrado con creces las consecuencias de no estar adecuadamente preparados.
Desde este martes, fecha límite dada por el Código Europeo de Comunicaciones Electrónicas, en España contamos con un sistema de avisos a la población en casos de grandes catástrofes o emergencias inminentes o en curso, como inundaciones, incendios, fenómenos meteorológicos adversos o accidentes químicos, a través de un mensaje SMS a los teléfonos móviles de la zona afectada. Un sistema que hubiera venido muy bien sólo hace unos pocos días y algo ya común en otros países.
Se espera que la temperatura en Valladolid y provincia suba casi 3 grados en los próximos 30 años hasta llegar a los 15 grados de media. El mismo informe concluye que claramente España está sometida al cambio climático y que no se están tomando las medidas necesarias para la adaptación, y según el investigador del Observatorio de Sostenibilidad Fernando Prieto «la administración pública no está haciendo lo suficiente para proteger a sus ciudadanos».
El objetivo planetario de no superar el límite de 1,5ºC de calentamiento global se fijó en 2018 al hilo del informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, y en ese mismo informe se estableció la necesidad de que las inversiones anuales en energía limpia debían aumentar hasta aproximadamente el 3% del PIB mundial para no superarlo, evitar los efectos catastróficos del cambio climático y alcanzar la neutralidad cero.
En Valladolid se ha aprobado hace unos meses la 'Estrategia de Cambio Climático' con 4 pilares: capacidad adaptativa, integración, digitalización e innovación y la ciudadanía como elementos clave de acción por el clima. Su objetivo; amortiguar el efecto negativo en el bienestar de las personas y aumentar la resiliencia de la ciudad frente al cambio climático. 
También contamos con iniciativas como el cluster AEICE, agrupación de empresas que promueve la sostenibilidad y el desarrollo social y económico del territorio y hábitat como entorno sistémico a través de la colaboración, innovación, capacitación y comunicación en el hábitat. Un cluster que va mucho más allá de la eficiencia energética o la construcción y patrimonio sostenible, donde el entorno y el bienestar de las personas están por encima de todo y que ha colaborado en la creación del Plan Sectorial del Hábitat en Castilla y León que será el marco de las actuaciones regionales en el sector del hábitat para los próximos años.
Si a la administración pública y al tejido empresarial añadimos la acción y experiencia de Movimientos ciudadanos como Cruz Roja, que además de su red de voluntarios en todas las comunidades, tiene además sistemas de gestión de alertas tempranas a la población, gracias a su conocimiento y datos relevantes sobre el entorno y las vulnerabilidades de cada vecino, por su trabajo diario con ellos, esto permitirá que en situaciones de emergencia se puedan identificar rápidamente prioridades, así como la ubicación y disponibilidad de recursos y capacidades personales y materiales para ponerlos a disposición de la sociedad y minimizar los daños. 
Y si finalmente añadiéramos a esta fórmula una ciudadanía preparada con el espíritu de ayuda mutua, sabiendo qué hacer y cómo, con esta suma de esfuerzos y colaboraciones tendríamos la mejor protección posible, algo que cada día se demuestra que vamos a necesitar más.