Pedro Herrero

La voz del portavoz

Pedro Herrero

Portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Valladolid


La encrucijada del PP

25/02/2022

Esta vez sí terminará de cavar su propia tumba el PP si confía en que Abascal se vaya a conducir como lo hizo Rivera. En que la ansiedad y el cortoplacismo que devoraron a aquel también acaben con este. Subestimar a tu contrincante considerándolo en el fondo un subalterno es una tentación que el PP debería saber que no se puede permitir. Es un error que ya estuvo a punto de costarle la vida. Así habría sido o estaría siendo si Albert hubiera dado las luces largas y hubiera caído en la cuenta de que sus 57 diputados valían más en potencia que los 66 de Casado de facto. Ni siquiera tres años han transcurrido desde aquel tiento y ambos protagonistas son ya historia, víctimas de su miopía política.
Casi tres años malgastados con impaciencia por Casado cuyo saldo a día de hoy es un centro político vacante y un PP que nunca ha estado tan lejos y tan despreocupado por ocuparlo. O la nueva dirección nacional reedita aquel viaje al centro que Aznar llegó a pisar y se apresura disputárselo al PSOE o se echa en brazos de la extrema derecha. Esta es la encrucijada de un partido que, si se libra de su ansiedad y cortoplacismo, caerá en la cuenta de que Vox no es Ciudadanos y que sus luces, aunque sin garantía, son de fabricación genovesa.
De nada le servirá al PP (ni a España, que es peor) sustituir a Casado por otro Casado. De nada confiarse en alguien que no tenga claro el rumbo y que no venga ya con las luces largas puestas. Alguien que tome asiento con las manos libres. Porque si Mañueco consigue que García Gallardo se preste a hacerle de Igea y le entrega la vicepresidencia alegando que no tenía a nadie por encima en su partido para desautorizarle, no hay Feijóo que pueda hacer frente a esa hipoteca. La firma de Mañueco no sólo vincularía a Castilla y León sino a toda su organización y con ello condicionaría la política española a medio plazo.  
Si, con bendiciones de jefe alguno o sin ellas, el PP pacta en Castilla y León con un partido ultranacionalista, ultraliberal, antisistema, centralista, anti europeísta, machista, xenófobo, que niega el cambio climático, sectario y populista como Vox, lo menos grave será que se esté poniendo en riesgo la llegada de fondos europeos a nuestra comunidad (recordemos que Hungría y Polonia se juegan su llegada o su reintegro por no respetar los principios del Estado de derecho). Si da ese paso el Partido Popular dejará de existir como tal y eso es algo que, a pesar de todos los pesares y mirando sólo con las luces largas, nuestra democracia hoy no se puede permitir.