Fermín Bocos

CRÓNICA POLÍTICA

Fermín Bocos

Periodista y escritor. Analista político


Política y pandemia

23/01/2021

Hace un par de meses el Presidente del Gobierno aseguraba que habíamos doblegado la curva de los contagios provocados por el corona virus. Por desgracia tanto el diagnóstico como el pronóstico sobre la evolución de la pandemia se han demostrado erróneos. La cifra de infectados, la de ingresados y la de fallecidos sigue aumentando. Incluso nos alertan de la existencia de una nueva cepa importada de Inglaterra que los expertos dicen que es más virulenta.

Visto que en el horizonte la única esperanza procede de la llegada y administración de las vacunas sería de desear que Pedro Sánchez pidiera disculpas por haber creada una expectativa infundada acerca de la evolución de la pandemia, rectificara los fallos detectados en la gestión y anunciara que el Ejecutivo que preside va a abandonar la estrategia de confrontación en la que está instalado, estrategia que, por decirlo en corto, consiste en hacer oposición a la oposición.

Y, a partir de ahí, comprometerse a impulsar la colaboración tanto de la sanidad pública como de la privada para acelerar el proceso de vacunación. Incluida la sanidad militar que en éste campo tiene técnicos, recursos e instalaciones propias adecuadas.

¿Por qué en lugar de jugar en la peor liga de la política, la que se dedica a destrozar el juego de los contrarios, los partidos no cambian el chip para colaborar lealmente entre ellos y aportar entre todos mejores soluciones al gravísimo problema que plantea la pandemia?

En realidad un drama pues estamos hablando de la muerte de alrededor de ochenta mil personas. Y se necesita vacunar, al menos a veinte millones. Colaboración leal de todos en éste proceso. Y, sí es menester adoptar medidas drásticas encaminadas a limitar los movimientos de las personas en una determinada comunidad porqué los contagios superan todas las líneas rojas que se puedan imponer sin que de origen a una batalla política que se traslada a los tribunales y genera desconcierto y hartazgo en la población.

¿Sería mucho pedir a los dirigentes políticos -también quienes están en la oposición- que tomaran conciencia de la magnitud del problema que apareja la pandemia para que, aunque solo sea por una vez, aparquen sus intereses de partido y piensen en el bien del conjunto de los españoles. El virus pasa de política, pero sigue matando.