Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Éxito y fracaso en la cumbre de Madrid

29/06/2022

La cumbre de la OTAN que se celebra estos días en Madrid ¿será un éxito o un fracaso? ¿O ambas cosas? Seguro que será un éxito para la propia Alianza Atlántica porque desarrollará su nuevo concepto estratégico, porque dejará de situar a Rusia como socio estratégico después de la guerra que ha desatado en Ucrania, porque señalará a China como la nueva amenaza para el orden mundial, porque puede dar entrada a Suecia y Finlandia que han abandonado la neutralidad para integrase en la alianza militar, pendientes de lo que decida Turquía, y porque se lanzará un mensaje de unidad y firmeza contra Rusia, y lo será aún más si los países miembro reafirman su compromiso en alcanzar una inversión en defensa del 2% del PIB.

Si, además de todo eso, la OTAN vuelve la vista hacia el flanco sur, hacia las amenazas que pueden proceder del África Subsahariana, donde hay países invadidos por el terrorismo yihadista y las migraciones masivas pueden ser consideradas un instrumento para provocar la inestabilidad en muchos países occidentales, la cumbre de Madrid reforzará su éxito y en este caso el Gobierno presidido por Pedro Sánchez puede apuntarse un tanto a favor porque ha peleado porque esas amenazas se recojan en el nuevo concepto estratégico.

Pero que la cumbre de la OTAN sea un éxito en materia de defensa occidental tiene una segunda derivada que afecta a la lucha política en nuestro propio país donde la alianza militar tiene adversarios dentro del propio Ejecutivo y la oposición de derechas desea que Pedro Sánchez vuelva a sufrir un revolcón después de haber despertado unas expectativas que pueden no cumplirse, aunque el perjudicado sea el país en su conjunto.

Por eso se pone el acento en las discrepancias en el seno del Ejecutivo sobre la reunión de la OTAN, en Madrid, como si los gobiernos europeos no conocieran que en nuestro país hay un gobierno de coalición con un partido contrario a la Alianza Atlántica, como ha ocurrido en otros países. En todo caso es peor que haya países, como Hungría, que son cuasi aliados de Rusia, el principal enemigo de la OTAN, o Turquía, aliada de Putin en la guerra de Siria, y ahí están sentados a la mesa de los mayores. Por no señalar que los manifestantes antiOTAN el domingo fueron apenas dos mil, muy escasos en comparación con otras protestas.

El segundo asunto por el que será juzgado el éxito o el fracaso del Gobierno en la cumbre de la OTAN es si se produce o no una mención explícita a la defensa de Ceuta y Melilla en el caso de un ataque exterior y si se activaría el artículo 5º del tratado de la OTAN de forma automática. Habrá que ver cómo queda la redacción relativa a la integridad territorial y la soberanía nacional en el caso de ataques. Aunque el Gobierno prefería una mención específica al respecto, el propio secretario general de la OTAN ha enfriado el ambiente al afirmar que se trataría de una decisión política que estaría en manos del Consejo del Atlántico Norte.

O sea que puede darse la paradoja de que la cumbre de Madrid de la OTAN celebrada en nuestro país como reconocimiento del cuadragésimo aniversario de la entrada de España en el club de defensa sea un éxito para su relanzamiento y su recuperación de la 'muerte cerebral' de la que habló Emmanuel Macron hace unos años, y un éxito demediado o un fracaso para el gobierno español según sus detractores.