Belén Viloria

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Belén Viloria


El papel decisivo de las mujeres en el cambio climático

08/05/2021

Cuando pensamos en soluciones al calentamiento global, generalmente pensamos en términos de tecnología, economía o política, pero no se nos ocurre pensar en la raza o género. Enfoques necesarios y complementarios relacionados con el cómo están estructuradas nuestras sociedades, y la importancia de la educación y la diversidad. 
En nuestro entorno afortunadamente cada vez hay más conciencia y muchas iniciativas trabajan para que las niñas desarrollen capacidades STEM (Acrónimo de Science, Technology, Engineering and Mathematics o, en español, de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), y aumente la igualdad de oportunidades, independientemente del género, pero a la vez, en muchas áreas del mundo la participación de las mujeres, por ejemplo en Oriente Medio, no llega al 25 por ciento, y de ahí cae en picado en el resto de África, Asia y Latinoamérica. 
Por otro lado, las cifras de la ONU indican que el 80 por ciento de las personas desplazadas por el cambio climático son mujeres. Y con los millones de personas que se espera se vean forzadas a migrar por este motivo en los próximos años, el número de mujeres en esa situación es sin duda alarmante y las consecuencias que puede tener, también. 
Las mujeres y los niños tienen catorce veces más de probabilidades de morir en una catástrofe natural que los hombres, porque se quedan protegiendo normalmente a los niños y/o ancianos, no saben nadar, o simplemente porque nunca les enseñaron habilidades básicas de resiliencia, como construir un refugio, hacer fuego o incluso gestionar lo básico. También, en contextos de escasez y de movimientos migratorios, hay informes que evidencian el aumento de la violencia de género, el incremento de la explotación laboral posterior o del matrimonio infantil. Sin duda el cambio climático puede hacer un agujero aún mayor en los derechos y oportunidades de mujeres y niñas. 
Ahora, lean esto, … Educar y empoderar a mujeres y niñas puede traducirse en una reducción total de gases equivalentes de CO2 de más de 80 mil millones de toneladas, lo que no está lejos del doble de las emisiones globales anuales totales. Este es el cálculo al que llegaron los científicos que trabajan en Project Drawdown con la misión de ayudar a alcanzar la "reducción", es decir, el punto en el que los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera dejan de subir y comienzan a disminuir constantemente, deteniendo así un cambio climático catastrófico, de la manera más rápida, segura y equitativa posible.
Garantizar los derechos de las mujeres y niñas, y el que tengan acceso a una educación de alta calidad y a asistencia de salud reproductiva, puede llegar a  tener ese increíble impacto positivo en la atmósfera, comparable a las turbinas eólicas, los paneles solares o a los bosques. 
Este tipo de medidas, nada sofisticadas, permitiría a mujeres y niñas tener más capacidad de actuar y adoptar elecciones diferentes a las que se ven avocadas normalmente en sus vidas; como casarse más tarde y tener menos hijos, y con el tiempo, influir decisivamente sobre cuántos seres humanos viven en el planeta generando emisiones.
Estas realidades hacen que sea fundamental el desarrollo de estrategias de género de resiliencia y de adaptación al clima, y que centrarse en los derechos, voces y liderazgo de las mujeres y niñas sea una de las cosas más importantes que podemos hacer para lograr soluciones que detengan el cambio climático. Porque la cuestión climática es, sin duda, también una cuestión de personas.