Antonio Pérez Henares

LA MAREA

Antonio Pérez Henares

Escritor y periodista. Analista político


Un Gobierno enemigo

18/05/2020

La tarea esencial, obsesiva, del Gobierno durante estos dos meses largos con la población enclaustrada ha sido intentar borrar de la memoria su tardanza, irresponsabilidad, insensatez y dejación, hecho probados incluso por sus propias palabras y decisiones, ante la llegada y consecuencias del virus. Al no poderse negar, se ha pretendido borrar, al igual que con los muertos, ocultando a la mitad y mintiendo cada día, a sabiendas de que se esta faltando a esa atroz verdad y negándose a registrar lo que CCAA, Tribunales Superiores de Justicia y Registros Civiles ofrecen ya como realidad. ¿Lo han conseguido? ¿Ha sido suficiente el bombardeo constante y por todas las televisiones y voceros a una gentes que no tenían otro remedio que recibirlo de la mañana y la noche en el salón de sus casas?.

El poder de la propaganda, en el que son, ahí sí que de verdad, expertos muy cuajados y reconocidos, es muy poderoso y si se suma a la agitación pertinente por los aspersores de consignas, pueden volver convertir el más atroz de los fracasos, el de España sin duda lo es y a la cabeza mundial está, en un lucha victoriosa del gran líder que ha combatido heroicamente al enemigo feroz. Puede y algo ha logrado sin duda el diluvio propagandístico que no cesa ni de día ni de noche.

Pero según la gente ha ido saliendo, a la que dejan salir, que esa es otra y léase el castigo a la desafecta Madrid, y ha asomado la siguiente realidad, se reabren las vías de agua que en parte se habían conseguido taponar y se abren otras nuevas e incluso mas caudalosas, que están poniendo al buque gubernamental en peligro de naufragio y en riesgo de choque contra las escolleras mas duras de la peor crisis económica que hayamos sufrido jamás.

Una buena y creciente parte de la sociedad española ha empezado, ahora y como elemento novedoso, a percibir al Gobierno no solo ya como inútil e incapaz sino, aún peor, como el enemigo, como el problema añadido, en vez de ser la solución, de la dramática situación que vamos a tener que afrontar, la peor, ya lo indican las cifras, por la que cualquier país de la Unión Europea va a pasar.

Porque ¿puede concebirse mayor aberración que en un país donde el turismo es su gran industria nacional, mas del 11% de su PIB nacional un ministro de esa recua a quienes se ha creado uno para colocarlos a ellos y a su reata de colocados, el tal Garzón, lo ataque, repudie y considere algo despreciable y de "poco valor"? ¿Y cabe en cabeza humana que el Gobierno imponga una cuarentena de 14 días a quienes aún tengan deseos de venir? ¿A que los encerremos en su habitación los invitamos a venir? ¿Puede comprenderse semejante estupidez? ¿Es digerible que la ministra de Trabajo insulte al medio agrario en general señalándoles, ya les señaló ante Iglesias, como esclavistas latifundistas del siglo XIX y los campos de algodón?. ¿Saben estos adanes algo de una explotación agraria y de la vida de centenares de miles de labradores? ¿Saben que puede ser ese sector el refugio, algo ya lo fue, en lo peor de la crisis? ¡Que van a saber! Ni tajo, ni fabrica, ni surco han pisado jamás y ya no digo el haber creado una empresa o algo similar.

No está quedando un sector donde se pueda decir que han hecho algo bien, sino que se pueden ir enumerado uno a uno a los que han herido o agraviado. Nuestros gobernantes salen a ocurrencia por día y cada una supone un martillazo contra nuestra propia economía. Un día fue prohibir las rebajas. Una semana han tardado en rectificar la sandez que arruinaba a todo el pequeño comercio. Otro, prohibir la caza y la pesca aunque se pasara ya a la Fase 1. ¿Pero hay alguien más solitario y con menos capacidad de contagio que un pescador en medio de un río y que un cazador en el monte de rececho? Hasta se negaban, la cara B de Moncloa, a permitir el control de especies dañinos a los cultivos. Nueva rectificación.

Pero en ello siguen emperrados, utilizando sus instrumentos de poder sin control, que aspiran ahora, estimo que anticonstitucionalmente a ampliar ¡un mes más!, incluso para intentar humillar y rendir a la comunidad más pujante, vuelvo a hablar de Madrid.

El Gobierno de España está haciendo exactamente lo contrario de lo que intenta y hace ya el resto de Europa. De lo que Alemania, Francia y hasta Italia, entiende que es obligatorio y sin demora hacer. Comenzar, salir, avanzar. Lo que no queda más remedio que hacer y lo que España, que se ha negado a hacer sus deberes, tras su yenka, de espera, ya voy, vuelvo y nunca llego, se ha negado contumazmente a hacer. Que se llaman TEST.

Eso es lo que nos reclama la UE. Test, que bien pueden hacerse a la entrada, al tiempo que otros controles, tardan 15 minutos por cierto en dar resultado, y que parece de sentido común que es lo lógico, como haberlos hecho masivos, junto con los "rastreos" y aislamiento de personas con riesgo por contacto. Esas dos condiciones es la que nos ha puesto. Pero claro, aquí se está en otra cosa que cada vez apunta a peor. Al mantenimiento del poder y a los delirios ideológicos por encima del bien común, de la necesidad de España de intentar salir del profundo hoyo donde estamos ya metido y donde más que hacer porque salgamos parecen empeñados en hundirnos aún mas.

Es por ello por lo que en la percepción de una creciente y cada vez más enfadada parte de la población se esté instalando la idea de que el peor enemigo de España, de los españoles, de sus derechos, de su bienestar y su futuro no es otro que el propio Gobierno de la Nación.