Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


Joaquín

14/03/2023

Tenemos que apreciar y dar lustre a lo rural». «Lo importante es que los que vivimos en los pueblos apreciemos y sepamos darle un lustre que permita a otros apreciar también esos valores que tiene el mundo rural». Las frases son del gran Joaquín Díaz. Las acaba de pronunciar tras recoger, en Madrid, el Premio de Investigación que otorga la Sociedad Geográfica Nacional. Un galardón más que merecido que viene a sumarse a los muchos que ya ha recibido quien se ha convertido, por derecho propio, en una referencia mundial en la Etnografía y el folklore. Y lo tenemos ahí al lado, en la pequeña localidad vallisoletana de Urueña, desde cuyas murallas te atrapan el alma la inmensidad recia de la Tierra de Campos y unos cielos que mandan sin interrupción mensajes de eternidad. Joaquín ha convertido esa atalaya privilegiada en sede de museos, conferencias, exposiciones, recitales…Todo un mundo de cultura pegada a la tierra, arraigada a la tradición pero, a la vez, abierta a todos los vientos del saber. Y está dando (lo lleva haciendo muchos años) un ejemplo de bonhomía, de austeridad, de trabajo en silencio, de investigación seria y sensata, de hallazgos de todo tipo. Y siempre con una sonrisa, con pocas, pero medidas y acertadas, palabras, con nuevas ideas, con un horizonte vital y cultural tan amplio y hondo como admirable. Y con su trayectoria y sus palabras, nos muestra el camino: «Siempre hay que mantener la relación con el pasado». «La tradición –añade– es un catálogo de respuestas que puede hacerse uno. Dentro de ella, para mí es muy importante escuchar, porque la persona que te está comunicando se te manifiesta de una forma muy íntima y directa; te trasmite sus gustos». Y remata: «Esa comunicación humana no se puede perder». ¡Qué razón tiene! El problema es que se está perdiendo sin que la sociedad, y menos los gobiernos, hagan algo por cambiar esta dinámica cada vez más inhumana y cerril. ¿Alguien escuchará esta llamada de una autoridad tan sabia y ética como la de Joaquín Díaz? Me temo que no, pero, al menos, en sus palabras hay un aliento ilusionante que, en estos tiempos, es pura y necesaria esperanza.