Pablo Álvarez

ZARANDAJAS

Pablo Álvarez

Periodista


La parábola de la ardilla y el político

29/09/2019

Una ardilla podía recorrer España de norte a sur sin tocar el suelo saltando de rama en rama. Se trata de fábula con más visos de mito que de realidad y que pretendía describir nuestro país como un vergel frente al erial que hoy tenemos en nuestro imaginario. Ni tanto, ni tan calvo.
Pero llevemos esta leyenda a la política de hoy. Podemos afirmar que un político puede saltar de cargo en cargo y vivir de la sopa boba desde su afiliación hasta la jubilación. La última prueba la hemos leído este jueves publicada en el Boletín Oficial de Castilla y León con el nombramiento de Ignacio Cosidó como personal eventual y como cargo de confianza del mismísimo presidente la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. 
Para recordar los orígenes políticos del palentino he necesitado recurrir a Wikipedia y según lo recogido allí nos remontamos a 1988 para encontrar esos primeros pasos como secretario general de Juventudes Liberales y a 1996 para hallar el primer cargo con sueldo: como asesor de Defensa del PP y jefe de gabinete del director general de la Guardia Civil, en ese momento Santiago López Valdivielso. Desde entonces, como la ardilla, de cargo en cargo. 
Apeado como senador por Castilla y León para hacer hueco al segoviano de pro (los de Sotosalbos, como los de Bilbao, nacen donde quieren) Javier Maroto, otra avezada ardilla encajada con calzador; ahora el Padrino de ambos, Pablo Casado, ha vuelto a pedir un favoricillo más a Mañueco para no dejar a nadie descolgado. ¡Y quién dice que no al amado líder! Ahí tienes: un cargo de libre designación con 3.500 euros cada mes para que nadie se queje. 
Pronto han puesto el grito en el cielo en la oposición socialista en Castilla y León con calificativos como «recogebasuras» o «agencia de colocación» dirigidos al Gobierno autonómico. Efectivamente recogen el sentir de muchos ciudadanos, pero tampoco están para presumir. ¿Nadie se acuerda ya de Óscar López Águeda, otrora líder autonómico del PSOE, encumbrado a Secretario de Organización Federal, defenestrado por Pedro Sánchez y ‘aparcado’ como presidente y CEO de Paradores con un salario de 149.310 euros y 34.252 de retribución variable? 
La nueva política tampoco está para presumir. Podemos y Ciudadanos han aprendido con rapidez las malas prácticas de la vieja política y tiene ardillas de máximo nivel. Son como los Erasmus, que lo primero que aprenden cuando viajan fuera de su país son las palabrotas. En Podemos, el diputado por Valladolid Juan Manuel del Olmo, descabalgado de su escaño en las últimas Generales, ha conseguido un puesto como asesor en el Congreso. 
En Ciudadanos, el grupo en la Diputación de Valladolid dio cobijo a Pablo Yáñez como asesor antes de conseguir un escaño en Madrid encabezando la candidatura de Salamanca en 2016. Y tras perderlo por la repetición electoral siguió en el Congreso en otro cargo de asesor, muy cerca de su padrino José Manuel Villegas, hasta su última caída (no tiene que ser la definitiva), vinculado con la operación Clemente y el pucherazo sin esclarecer. 
He elegido un ejemplo de cada partido. Hay más. Y también honrosas excepciones, por supuesto. Y luego se preguntan de dónde viene el hartazgo de los ciudadanos de la política. Pues precisamente de este tipo de casos, de ver cómo la política se ha convertido en el único modo de vida para muchas personas que no han demostrado nada en su vida más que lamer la mano que les da de comer, sea quien sea el dueño de la mano. Y que siga corriendo la sopa boba. 
Me temo que éste solo será un episodio más y que en la confección de las listas para próximas elecciones generales veremos la recolocación de ‘descolgados’. ¡No vamos a dejar tirado a uno de los nuestros! Y a escote nada es caro. Como pagamos usted y yo...