Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


El caso Ferrovial

06/03/2023

Está claro que no es la primera vez, ni será la última, en que una empresa se deslocalice; esto es, que traslade su sede social a otro lugar, incluso manteniendo aquí su actividad industrial. Pero el caso Ferrovial es un tanto especial. Primero, porque se trata de una gran empresa, con todo lo que eso implica en cuanto a posible efecto llamada, en cuando a repercusión fiscal, tanto donde deja de pagar impuestos, como donde vaya a pagarlos una vez trasladada, en cuanto a imagen de país. Pero también por la forma y el discurso con que se ha hecho pública la decisión, tratando de invocar argumentos altamente delicados.
Obviamente, no es lo mismo que una empresa se traslade de un sitio a otro argumentando, por ejemplo, que busca reducir costes de producción, porque, si no lo hace, dejará de ser competitiva y terminará desapareciendo de manera más o menos inexorable. Hasta podría comprenderse esa explicación aplicando la lógica empresarial. Pero si lo que se alega es que se va a otro sitio buscando seguridad jurídica, un marco estable para desarrollar su actividad, o un ambiente más propicio para ello, la cosa es más grave. Lo que se está queriendo decir es que donde estaba carecía de eso, de seguridad jurídica, o de un marco estable, o de un ambiente propicio, o de certidumbre fiscal, o de estabilidad laboral, o de todo ello un poco. Y es evidente que un discurso explicativo de esa naturaleza, invocado por una gran empresa y con elevada transmisión mediática, como está ocurriendo en este caso, adquiere una elevada trascendencia.
Por supuesto que hay algunos aspectos que hay que tener en cuenta. Pertenecemos a un selecto club, como lo es la UE, en el que rigen principios de mercado abierto y de libre iniciativa económica. Las libertades económicas de circulación de capitales, mercancías y personas; la libertad de establecimiento, que alcanza a personas físicas y jurídicas; la posibilidad de trasladar el domicilio a otro Estado miembro, etc., todo ello forma parte del núcleo duro de la configuración de la Unión. Jurídicamente es así. Pero en el caso Ferrovial, más allá de que pueda legalmente hacer lo que ha decidido hacer, hay otros factores. Uno de ellos, al menos, se llama patriotismo y arraigo. Y, por mucho que haya fondos apátridas, con inversión importante en el capital, que impulsan la decisión, no debiera olvidarse ni el origen, ni el contexto en que se ha desarrollado la empresa.