Maite Rodríguez Iglesias

PLAZA MAYOR

Maite Rodríguez Iglesias

Periodista


El mejor verano de nuestra vida

10/07/2022

Resulta curioso que en un ambiente social tan crispado como el que vivimos actualmente en España el punto de encuentro llegue ahora en que este debe ser el mejor verano de nuestra vida, casi como aquellos que idealizamos de nuestra niñez. Le hemos visto las orejas al lobo con la pandemia que puso en cuestión todo el sistema y estamos casi todos, porque algunos ni se lo pueden plantear, por aplicar la máxima de que nos quiten lo bailado. Lo que viene a ser practicar un carpe diem en toda regla o lo que en el mundo anglosajón han bautizado como turismo revanchista.
Y eso que en este inicio de la operación vacaciones ya casi se ve una manada de lobos completa porque la inflación sigue desbocada y es es la principal causante de que estas vacaciones tan ansiadas, y necesarias, nos vayan a costar casi el doble de lo que pagamos por lo mismo en la era prepandemia. Aunque como no hay mal que por bien no venga, el sector turístico se frota las manos y ese incremento de la demanda, después de las restricciones tan fuertes de los dos años anteriores, también se nota en las estadísticas de empleo, con cifras de ocupación récord.
Pero también crecen las voces que llaman a la mesura. La guerra de Ucrania, que en Europa se traduce en el efecto bumerán de las sanciones económicas a Rusia y los problemas de suministros energéticos y de productos básicos, cada vez tiene más impacto en nuestros bolsillos y en las previsiones de crecimiento, que se están contrayendo e incluso apuntan a números rojos.
De hecho, hay economistas, que como pájaros de mal agüero, consideran que este será el último verano antes de un largo invierno en todos los sentidos. La dicotomía entre la preocupación por la crisis y las ganas de disfrutar en el corto plazo obliga a un ejercicio de reflexión justo en el momento en el que todos buscamos la liberación del estrés de la rutina diaria. Quizás deberíamos volver a fijarnos en esa España Vaciada que descubrimos en los momentos más duros de la covid-19. El pueblo es siempre una opción segura en momentos de crisis e incertidumbre. Para muchos significa el reencuentro con sus orígenes y para los que no lo tienen les puede ayudar no sólo a desconectar y descansar sino también a tener otra perspectiva. Casi siempre la mejor solución la tenemos muy cerca.