Alfonso González Mozo

PLAZA MAYOR

Alfonso González Mozo

Periodista


20 años es mucho

26/09/2020

El Día de Valladolid, este periódico que tiene ahora entre manos o que lee en la pantalla de su móvil o tablet, celebra este año su 20 aniversario. Y aunque el tango de Gardel decía aquello de que 20 años no es nada, lo cierto es que si uno se para a pensar todo lo que ha vivido en dos décadas se da cuenta de que el cantante argentino quizá exageraba... 20 años es mucho. Sirva el ejemplo de cómo ha evolucionado la prensa, la adaptación a los nuevos tiempos que hemos vivido en esta casa y la fortuna que es seguir contándoles noticias a través de El Día de Valladolid de 2020, ese que llega al lector en papel, a través de páginas virtuales que se pasan con un dedo o, directamente, vía internet.
Hace 20 años había móviles, sí, pero nada que ver con lo de ahora, convertidos (casi) en un apéndice más de nuestro cuerpo, en un aparato que no solo sirve para hablar, sino que lo es prácticamente todo. 
Hace 20 años, el mundo no imaginaba que surgiría un terrorismo nuevo, el yihadismo, capaz de derribar a ‘avionazos’ las mismísimas Torres Gemelas y de sembrar la mayor de las barbaries en un país como España, donde se llevaban décadas sufriendo la sinrazón de ETA.
Hace 20 años lo de un confinamiento por una pandemia como la del coronavirus era impensable. Bueno... y hace un año también.
Hace 20 años, el que suscribe no tenía más preocupaciones que las de un chavalín recién licenciado en Periodismo de 21 años, que se conformaba con abrirse un huequito en este complejo mundo al que quiso llegar por su afición a la radio deportiva y en el que acabó haciendo ‘carrera’ escribiendo sobre crímenes, juicios y sucesos varios de su ciudad desde que, en 2002, le abrieran las puertas de esta casa.
Hace 20 años yo vivía plácidamente con mis padres y estaba empezando a salir con la que hoy es mi mujer y madre de mis hijos, uno de doce (del Atleti, por suerte) y una de nueve (demasiado guapa para mi corazón de padre cuarentón); en 20 años de ‘ná’. Hoy ya peino alguna cana, salgo a correr por obligación y hasta que vino el covid, seguía jugando un par de veces a la semana al fútbol.
Hace 20 años me creía invencible y ahora me aterra solo pensar en el puto cáncer que me ha obligado a despedirme de mi padre muchísimo antes de lo que hubiera querido.
20 años es mucho.