Victoria Lafora

Victoria Lafora


Los socios, indiferentes

15/07/2021

La toma de posesión del nuevo Ejecutivo ha despertado mucho más interés en los medios de comunicación, por las caras nuevas, los inocultables cabreos de algunas salidas abruptas, que entre los socios de Gobierno. Lo más llamativo ha sido la actitud de los "colegas" de Podemos, con los que comparten asiento en el Consejo de Ministros, que llevan sin decir ni pío desde el pasado sábado. Después de que su lideresa, Yolanda Díaz, les asegurara que todos permanecerían en sus cargos, se han vuelto más invisibles de lo que son habitualmente. Ni siquiera Irene Montero ha mostrado la mas mínima emoción ante la salida de su oponente más dura, Carmen Calvo.

Puede que ello de deba a una mezcla de temor a la par que compañerismo. Pero lo que tiene menos justificación es la indiferencia de los socios parlamentarios. Pere Aragonès, el president de la Generalitat, a quien se ha llenado de halagos y brazos tendidos por parte de las caras nuevas del Gabinete, ha vuelto a poner en entredicho el apoyo a los nuevos presupuestos en función del avance del diálogo bilateral.

No ha debido gustarles la salida de Iceta del ministerio de Política Territorial, porque el antiguo dirigente del PSC ha sido siempre el principal valedor del la "búsqueda de soluciones a través del diálogo, para terminar el conflicto con Cataluña". Su paso a Cultura significa que será el PSOE el que lleve las riendas de los posibles acuerdos y no el PSC.

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, habitualmente tan locuaz, no ha hecho el menor comentario a la llegada de Isabel Rodríguez, muy cercana al presidente manchego García Page, en sustitución de Iceta.

El único que ha dejado oír su voz ha sido el representante de Compromís en la Cámara Baja, Joan Baldoví, muy irritado con la responsable de Hacienda, Montero, a la que acusa de retrasos en los traspasos autonómicos. El hecho de que la hayan destituido como portavoz no le parece suficiente "castigo". Debe ser porque María Jesús Montero, junto con Nadia Calviño, son los dos frenos al exceso de gasto que exige Podemos y Compromís para paliar los efectos de la crisis.

El PNV, siempre tan pragmático, reclama el cumplimiento de los traspasos económicos y las trasferencias pendientes y demora cualquier juicio sobre las nuevas caras. Al igual que EH Bildu que todavía están esperando el cumplimiento del acuerdo sobre la derogación de la reforma laboral. Aquel traspiés de la ahora omnipresente Adriana Lastra, que pactó con Podemos y los abertzales unos plazos que, hoy todavía, duermen el sueño de los justos.

Nada ha dicho tampoco Teruel Existe y los otros grupos minoritarios, que prefieren esperar a le negociación presupuestaria para exigir, a cambio de su voto, mejoras para sus territorios.

Curiosamente, la llegada en tropel, no solo de rostros muy jóvenes sino también de regidoras de municipios de toda la geografía, no ha despertado mayor entusiasmo entre la oposición y si una cierta inquietud en los "barones" socialistas con mando en plaza que ven como muchas de ellas se perfilan como candidatas a sucederles.

Del Partido Popular, nada nuevo. No habrá pactos mientras siga Sánchez.