Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


300 propuestas

03/09/2019

¿Hacen falta 300 propuestas, 300, para alcanzar un principio de acuerdo entre dos partidos?, ¿es necesario, e imprescindible, añadir renglones y renglones para asegurarse los votos?, ¿hay que ser, obligatoriamente, tan prolijo para sentar las bases de un gobierno de coalición, cooperación, apoyos puntuales, pacto de legislatura o como queramos llamar a eso que aun no se sabe si va a existir o no? Hoy saldremos de dudas cuando Pedro Sánchez presente el documento con las ya famosas 300 propuestas. Uno está convencido (y a hechos recientes me remito) de que a la derecha no le habrían hecho falta tal cantidad de puntos y comas para sellar un acuerdo. A la izquierda, sí. Y no es de ahora. Es una constante histórica. Ya conocen ese chiste que dice que entran dos de izquierdas en una habitación y, cuando salen, han formado tres partidos. PSOE y Podemos no llegan a tanto pero casi. Hay tal desconfianza mutua, tal ausencia de sintonía, tal abundancia de recelos que los socialistas han considerado básico y vital incluir propuestas y más propuestas, hasta 300, en su programa. (Menos mal que no han añadido la coletilla de “de mínimos”, porque, un “programa de mínimos” con 300 puntos levantaría dolor de cabeza). De modo que hoy se despejarán algunas incógnitas. Otras ya están despejadas. Por ejemplo, la postura de PP y Ciudadanos. Mucho quejarse de que no hay gobierno y de acusar de todo lo acusable a Pedro Sánchez, pero se mueven menos que don Tancredo. ¡Y eso que aseguran y reaseguran que no quieren nuevas elecciones! ¿Y Podemos?, ¿intuye alguien lo que hará tras leer los 300 apartados?, ¿querrá programa o ministerios?, ¿servirá para algo la vergüenza de La Rioja?, ¿volverán todos a marear la perdiz y a arriesgarse a más y más meses con gobierno en funciones, sin presupuesto y con la hoja de agravios llena? Pasó agosto y estamos como estábamos. Bueno, un poco más viejos, bastante más cabreados y con ganas de echar la culpa a cualquiera…menos a los nuestros, claro.