Belén Viloria

TITULARES DEL FUTURO

Belén Viloria


Educar para la paz

22/03/2019

Si unos pocos niños pueden ser noticia en todo el mundo por no ir al colegio, imagínense todo lo que podríamos conseguir si realmente nos lo propusiéramos” Greta Thunberg.

Greta, activista de 16 años, está nominada al Premio Nobel de la Paz. Con 11 tras ver como su país, Suecia, vivía una ola de incendios como nunca había pasado, y viendo que se hablaba mucho del cambio climático pero que se hacía poco o nada, decidió cambiar sus viernes en la escuela por sentarse ante el Parlamento sueco como protesta ante la inactividad, creando los “Fridays for Future” por el cambio climático.

En pocos meses, miles de estudiantes la secundaron y empezaron las movilizaciones de los más jóvenes antes los poderes públicos. En Noviembre del año pasado en TEDxStockholm presentaron su idea, dándola a conocer más allá de lo esperado y llevándola a intervenir en la ONU en la Cumbre climática de Katowice (Polonia) y en Davos este año. En ambos con una seguridad aplastante hizo reflexionar con frases como esta: “Si tengo hijos, quizás me preguntarán por qué (vuestra generación) no hizo nada cuando aún había tiempo para actuar”.

En poco más de medio año, los “Fridays for Future” de Greta se han convertido en un movimiento estudiantil replicado en más de 270 ciudades, incluido en nuestro país. Si ganara el Nobel de la Paz, sería la 3era joven en lograrlo, tras Malala en 2014 y Nadia Murad el año pasado.

Malala, activista social, fue galardonada en 2014 con 17 años, la persona más joven que lo recibe, por su lucha en favor de la escolarización de las niñas y el acceso de las mujeres a la educación y tras el atentado que sufrió a manos de los talibanes, que no la hizo parar.

El año pasado, el Nobel de la Paz, lo recibieron el médico congoleño Denis Mukwege y la también joven activista iraquí Nadia Murad, por sus esfuerzos para terminar con el uso de la violencia sexual como arma de guerra y en conflictos armados, tras meses de calvario y abusos sexuales por los yihadistas en Irak. A estas jóvenes hoy las llamamos activistas por su excepcionalidad sin igual.

Vivimos un momento en el que no podemos olvidar; que el conflicto de Siria lleva ya 8 años abierto con más de 5 millones de niños que necesitan aún ayuda, que cada minuto 20 personas siguen siendo desplazadas como resultado de conflicto o persecución, que más de 600 millones de mujeres viven en países donde la violencia doméstica no se considera aún un delito, o que en los países más estables y poderosos el extremismo está a flor de piel.

Pero la paz no es sólo la ausencia de guerras y conflictos, es mucho más y más tangible y profundo de lo que pensamos, y por eso debería estar más presente y formar parte activa de nuestra vida todos los días (ODS 16 de la Agenda 2030).

Dicen que los seres humanos estamos preparados genéticamente desde que nacemos para ser altruistas, generosos y empáticos. Así para Nora Rodríguez, pedagoga y autora del libro “Educar para la paz”, esas aptitudes innatas hay fomentarlas y practicarlas explícitamente desde la escuela y más ante los grandes retos y desarrollos tecnológicos que tenemos.

El Nobel de la Paz de este año cuenta con 304 candidatos; 219 individuos y 85 organizaciones, dicen que es el segundo año con más candidaturas, pero ojalá hubiera tantas como humanos.

Todos deberíamos ser activistas por la Paz y si no, como mínimo, estar nominados por contribuir a que las nuevas generaciones lo sean todos los días, cada uno en su materia o disciplina. No se me ocurre mayor y mejor reto para nuestra generación.