Alfonso González Mozo

PLAZA MAYOR

Alfonso González Mozo

Periodista


Aferrados a la mascarilla

03/07/2021

Decía el escritor inglés Charles Dickens que ‘el hombre es un animal de costumbres’ y aunque en el siglo XIX los problemas seguro que eran otros bien distintos a los del XXI, la realidad es que los cambios se nos siguen atragantando y nos cuesta un horror salir de nuestra zona de confort. Pero hay ocasiones en que resulta especialmente sorprendente comprobar hasta qué punto somos rutinarios y reacios a la novedad, y la mejor prueba es ver cómo hemos entrado en la primera fase de la era post mascarilla, porque las bocas siguen cubiertas por la calle. Y esto, al menos el que suscribe, no se lo esperaba.
Esta sociedad española nuestra, que suele presumir de bordear las normas y de jugar a la picaresca con casi todo, ahora está dando una lección de responsabilidad que está yendo más allá de lo imaginable; fiestas de 'reggaeton' estudiantiles mallorquinas y confinamientos hoteleros, al margen. La sociedad parece aferrarse a la mascarilla como si viera en ella un salvoconducto hacia un futuro que parece halagüeño a poco que seamos capaces de continuar vacunando al ritmo que lo estamos haciendo y lleguemos a ser rebaño antes de que la variante Delta (la india) explote en este país ávido de turistas.
Cuando Pedro Sánchez anunció que el 26 de junio nos podríamos quitar la mascarilla en exteriores, nadie pensaba que la respuesta de gran parte de la ciudadanía sería... dejársela puesta. Supongo que en Moncloa estarán sorprendidos por la frialdad con la que se ha acogido la populista medida y que hasta el asesor presidencial no saldrá de su asombro después de anteponer el juego político a la salud pública, porque nadie puede dudar de que la medida se ha precipitado un poquito para intentar apagar cuanto antes el esperado fuego de los indultos; ojo, que luego no fue más que una fogata, quizá porque estamos hastiados del teatrillo catalán.
La gente está a lo realmente importante, a superar esta pandemia sin más bajas, y los que hemos evitado el contagio no queremos jugar la lotería del covid para ver si nos toca asintomático, leve, persistente, hospitalario o UCI, así que, mientras llegan las nuevas fases post mascarilla, parece que la sociedad sigue viendo lo de las FFP2 a como un mal menor. Un país sabio este, que cada vez cree más en los consejos de los expertos y menos en las tesis políticas a lo 'House of cards' que a veces nos quieren colar los que mandan.