Julio Valdeón

A QUEMARROPA

Julio Valdeón

Periodista


Ciudad de cine

25/01/2020

Ciudad de cine/ciudad del cine. Valladolid presentó en Fitur su plan para atraer rodajes y, más allá de una concejala que habla de aglutinar sueños, que a saber lo que quiere decir, la iniciativa merece aplausos. Pasados ya los discursos que cuando entonces, durante los años de la crisis, plantearon hacer de España un Silicon Valley, sin explicar entre otras cosas cómo reunir los inversores, no parece descabellado fundar un Hollywood chiquitito. O más bien, por no flipar, aprovechar la pasión cinéfila de una las últimas ciudades donde todavía puedes ver películas más allá de las plataformas digitales, que ofrecen comodidad a cambio de jibarizar la grandeza, y los horribles, espantosos multicines, sucursales del diablo para matrimonios en trance de odiarse y devoradores de palomitas bajo techo. Valladolid es ciudad de cine/ciudad del cine, entre otras razones, por la Seminci. Que nunca fue Cannes o Venecia, ni siquiera San Sebastián o Berlín, pero que coqueteo con directores y cintas a los que nadie conocía. Valladolid, desde la humildad de un festival pequeño y matón, inteligente y preciso, ha monologado sobre la obra de algunos grandes y ha promocionado el arte de gente como Ken Loach, los hermanos Dardenne, Icíar Bollaín, Atom Egoyan, Goran Paskaljevic, Roberto Benigni, Aki Kaurismäki, Takeshi Kitano, Krzysztof Kie?lowski, André Téchiné, Lars von Trier, Nanni Moretti o Abbas Kiarostami. Sólo por aquel ciclo que dedicó a Luchino Visconti, del que todavía recuerdo el deslumbramiento de contemplar El gatopardo restaurado y el impacto de enfrentar por vez primera la monumental Ludwig, la deuda es y será eterna. Valladolid, al fin, fue la primera ciudad española que proyectó a Ingmar Bergman, en 1960, nada menos que El séptimo sello, galardonada entonces con la Espiga de Oro. No sé si con semejantes credenciales lograremos atraer rodajes, pero sí que el viejo cinematógrafo, asediado por los cambios de paradigmas culturales, encontró en la ciudad uno de las últimas trincheras.