La Asociación de Empresa Familiar de Castilla y León (EFCL) cumple un cuarto de siglo y lo conmemora con el lema '25 años de valores (1997-2022)'. Compromiso, arraigo, emprendimiento, continuidad, responsabilidad, esfuerzo, sostenibilidad e innovación son algunas de las señas de identidad que han guiado su actuación desde un 27 de junio en el que otras tantas empresas 'con apellido' de la Comunidad participaron en el acto constituyente de la asociación, entre ellas ocho vallisoletanas: Cancio Muebles, Collosa, Emilio Esteban, Grupo Yllera, Helios, Quesos Entrepinares, Vega Sicilia y Zarzuela. En la actualidad, la asociación EFCL está conformada por más de 160 empresas de las nueve provincias de la región, dando empleo a más 60.000 personas y contribuyendo al 20 por ciento del PIB regional. Su misión: «Ayudar activamente a las empresas familiares a desarrollarse y a transformarse para promover y contribuir al desarrollo de una sociedad más sostenible» (Fuente: www.efcl.es).
Con este fin, durante estos cinco lustros la Asociación EFCL ha llevado a cabo numerosas actividades y muchas de ellas han estado dirigidas a la formación, a distintos niveles educativos, y no solo de sus asociados sino de la sociedad en su conjunto: el programa 'Empresa Familiar en las Aulas' dirigido a estudiantes de Primaria, ESO y Bachillerato, el proyecto 'Tierra de Saber' que persigue impulsar la Formación Profesional y los convenios que la asociación EFCL y el Instituto de Empresa Familiar mantienen con distintas universidades materializados en las Cátedras de Empresa Familiar. En todas estas actuaciones se persigue, entre otros objetivos, acercar la realidad de estas organizaciones a los jóvenes y despertar su espíritu emprendedor.
En el marco de la Cátedra de Empresa Familiar de la Universidad de Valladolid hemos tenido la oportunidad de presenciar cómo centenares de alumnos se han beneficiado de la visita de un buen número de líderes empresariales familiares a nuestras aulas, donde se gestan futuros empresarios. Y fruto de esta experiencia, además de los valores anteriores, me gustaría señalar otro denominador común: la generosidad. En estos años hemos sido testigos de la dedicación y esmero con el que los empresarios-ponentes preparaban sus intervenciones. Incluso en ocasiones hemos podido intuir esa cierta sensación de tensión previa que se siente cuando uno se enfrenta a una tarea realmente importante. 
Durante sus intervenciones, estos empresarios de éxito no solo nos han mostrado sus logros, con humildad, sino también sus fracasos, con honestidad, convirtiéndolos en verdaderas lecciones de aprendizaje para todos los asistentes. Y creo que no me equivoco si afirmo que la palabra esfuerzo ha estado presente en las intervenciones de todos los empresarios familiares: desde los fundadores que crearon su empresa «desde cero» hasta los que han asumido el reto del relevo generacional de sus predecesores. ¿El éxito es cuestión de suerte? Alguna vez surgía esta pregunta y la respuesta, con distintas palabras, era siempre la misma: la suerte puede influir, pero cuando aparece una oportunidad debes estar preparado. 
En muchas más ocasiones las preguntas no se formulaban, pero se dejaban entrever en la cara de los estudiantes que se «iluminaban» durante estas charlas, también inspiradoras: ¿Yo también podría conseguirlo? ¿Podría ser yo? Y por qué no decir y agradecer también que tras estas intervenciones hemos podido sentir que el placer de interaccionar empresa-universidad, siempre desde una óptica constructiva, había sido mutuo.
EFCL, felicidades y muchas gracias por estos 25 años, que cumplas muchos más y que lo sigamos celebrando juntos. Os esperamos en nuestras aulas.