Alfonso González Mozo

PLAZA MAYOR

Alfonso González Mozo

Periodista


98 velas

04/03/2023

Dice que no sabe si llegará al año que viene. Los achaques de este invierno de viejos virus han hecho más mella en su ánimo que la loca pandemia del coronavirus en la que tenía que estar con mascarilla hasta en su casa y con sus propios hijos. Incluso hubo un tiempo en que la mala salud de este atípico invierno la tenía tan abatida que había optado por huir de grandes celebraciones por su cumpleaños, aunque fuera a soplar 98 velas (no-ven-ta-y-o-cho, casi nada). 
Ella, que ha vivido una Guerra Civil y una Mundial, toda la dictadura, la transición y la irrupción de la democracia, y una buena tanda de crisis económicas. Ella, que ha superado no sé cuantas visitas al quirófano, que lleva viuda más de dos décadas, que se toma más pastillas que vasos de agua, que nos ponía firmes a los nietos solo con echarnos una mirada... Y resulta que ella andaba sin ganas de celebraciones. Sería el vértigo de los 98...
Pero un par de semanas antes de su día, le confesó a uno de sus hijos que había tenido un pálpito y que sí, que buscase restaurante para volver a juntar a su familia como venía haciendo hasta la llegada del covid.
La corazonada era buena. Ella lo disfrutó tanto que aún tiene dibujada una sonrisa en su rostro y ya está pensando en el cumpleaños de 2024; el de los 99. Aunque dice que no sabe si llegará, que ya está muy mayor y todo eso que se debe pensar cuando ya llevas casi un siglo en este mundo, pero lo que ahora sí tiene claro es que, si llega al siguiente 15 de febrero, volverá a llenar un restaurante con el medio centenar de personas que conforman una familia con mayúsculas.
Una a la que ha enseñado a estar junta en las buenas, pero sobre todo a apoyarse en las malas. Porque cuando sacas adelante a diez hijos y tienes los arrestos de emigrar desde un pueblecito de la provincia a la capital casi con lo puesto, sabes bien lo que el sufrimiento y la unión. Y pelear cada peseta. Y estirarla. Y empezar de cero en la gran ciudad. Y lograr que los diez hijos te salgan trabajadores y muy buena gente. Una familia enorme que acude en bloque si la abuela convoca un domingo cualquiera de febrero para darse un gran abrazo y, entre risas, recordar viejas anécdotas junto a hijos, nietos y bisnietos.
Y soplar las 98 velas a su lado. Junto a ella, la abuela Luci.