Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


La larga sombra de los efectos post covid

19/03/2023

Además de guerras, pandemias, nuevas quiebras bancarias, subidas desbocadas del coste de la vida, efectos del cambio climático y otros preocupantes acontecimientos que nos acechan, hay que sortear el impacto posterior que todos ellos dejan en nuestra vida cotidiana. Es decir, las cosas duelen en el momento de producirse, pero después también causan dolor y desasosiego.
Precisamente estos días se cumple el tercer aniversario del primer estado de alarma decretado por el Gobierno (14 de marzo de 2020) a causa de la extraordinaria crisis sanitaria generada por la covid-19. Tres años después, algunos de sus efectos secundarios son ya un problema para el normal desarrollo de no pocas personas, por no hablar de la incidencia negativa en la economía de futuro. El aumento de la demanda de servicios sanitarios, el significativo incremento de bajas laborales y, en general, el empeoramiento de la salud de la población son la punta del iceberg que asoma desafiante en el océano de la incertidumbre que nos rodea.
El reciente estudio publicado por el Banco de España, con el inquietante título de 'Efectos económicos de un posible deterioro duradero en la salud general de la población española', alerta sobre una posible contracción del crecimiento estructural del gasto sanitario. Este informe también advierte de la necesidad de contar con más profesionales en las distintas ramas de la salud ante un panorama poco alentador y un contexto general de envejecimiento de la población. De persistir esta dinámica podría producirse un deterioro de la economía a medio y largo plazo, lo que limitaría el volumen del trabajo disponible y afectaría negativamente a la productividad.
El barómetro sanitario del CIS ratifica estas previsiones al poner de manifiesto en su último análisis el aumento de la lista de espera de pacientes para ser atendidos por su médico tanto en atención primaria como en la especializada. Las bajas laborales también mantienen una tendencia creciente desde 2020 y las personas inactivas que declararon no buscar empleo por enfermedad o incapacidad se situaron, en proporción a la población en edad de trabajar, por encima de lo datos de 2019.
Los efectos del coronavirus afectan a millones de personas en todo el mundo y esto no deja de ser un grave y urgente problema de salud que, a todas luces, exige la inyección de mayores recursos en el propio sistema. Son todavía muchas las incógnitas en torno a esta histórica crisis sanitaria, que, lejos de mirarlas por el retrovisor del olvido, están latentes a pesar de que ya no formen parte de la parrilla de salida informativa.
Por eso, debemos tener en cuenta no sólo los picos de la pandemia, sino la larga sombra que dejan sus efectos en una sociedad que, en buena lógica, no olvida fácilmente.