Aurelio Martín

LA COLUMNA

Aurelio Martín

Periodista


Cambiar el rumbo

11/01/2021

Los primeros días de 2021, lejos de darnos una pista sobre la posible mejora de tiempos pasados, ponen en evidencia que hay posibilidad de empeorar, aunque se puede cambiar el rumbo, siempre, por ejemplo, que los ciudadanos no se dejen llevar fácilmente por las olas de los océanos de las redes sociales, que desde el populismo arrastran a una parte de la población a hacer suya una opinión manipulada y envenenada. Hay quien se desahoga con el insulto, antes lo hacía en la taberna, que no es lo mismo que mantener una visión crítica, la ignorancia sigue siendo muy osada.
Llama la atención que una acción contra la democracia en Estados Unidos, como es el asalto al Capitolio por huestes alimentadas ideológicamente por el todavía presidente Donald Trupm, a quien votaron 47 millones de personas, que no ha sabido perder unas elecciones -como generalmente ocurre en las dictaduras-, se haya interpretado en clave española comparándolo con protestas con las que pudo estar vinculado algún miembro del Gobierno, que son rechazables, pero que para nada guardan similitud. Quien sí irrumpió en el Congreso de los Diputados, un 23 de febrero de 1981, fue un grupo de guardias civiles armados, alguno puede que no supiera a dónde iba, encabezados por el exteniente coronel Antonio Tejero, en un intento de golpe militar.
Trump, a quien la ultraderecha española propuso para el Nobel de la Paz y por el que pedía rezos, a medida que se iba realizando el recuento de votos, fue creando su caldo de cultivo en Internet, el arma que muchos emplean aquí con idéntica intención. Es posible que en España haya que tomar nota para que no pueda pasar lo mismo... Las campañas electorales parece que resisten todo, pero también han caído en la trampa aquellos que se dicen llamar moderados y de centro derecha. 
En este país se ha radicalizado la política y con ella la sociedad, hay quien se ha aprendido muy rápido que su discurso y provocación tienen más éxito en Internet, donde si existe rebaño, además de contar con opinadores afines llamados por el peculio. Lo hemos vivido con protestas y escraches inaceptables de diferente color. La táctica siempre es la misma, desprestigiar a los medios de comunicación, para moverse entre las aguas (redes) fecales y conseguir adeptos que solo son felices escuchando aquello que les gusta oír. 
Ahí nos salen los negacionistas de la COVID-19 y las vacunas, que en los cinco segundos que tardan en leer un titular, opinan como si supieran más que los científicos que llevan dedicando toda su vida a investigar. Veremos ahora que dicen los del dedo acusador de la crisis originada por la gran nevada. De momento ya aplauden y jalean a los militares, cuya labor nadie discute que es encomiable, pero no hace mucho los mismos decían que la UME era un capricho del expresidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero. En realidad hay quien no les quiere en labores humanitarias si no con los tanques en la calle.