Julio Valdeón

A QUEMARROPA

Julio Valdeón

Periodista


Vacunar a los niños

11/12/2021

La vacunación de los niños a partir de la próxima semana marca uno de los puntos cruciales de la pandemia. El anuncio por parte de la Junta de Castilla y León llega coincide con el asalto del tsunami Ómicron, del que desconocemos todo. Por no saber ni siquiera sabemos si supondrá un cambio de juego, con las vacunas inermws ante las recombinación del bicho, o si, como ocurrió antes con Delta y otras variantes, las noticias de nuestra muerte,  colectiva,  estaban francamente exageradas. Pero sea como sea la prensa,  nosotros, ya juega, jugamos, al juego siniestro del acertijo y la cábala. La pandemia cabalga en directo, como un jinete del apocalíptica motorizado, y en nuestra ingenuidad de hombres adictos al tuit y el flujo eléctrico de las televisiones exigimos respuestas sólidas,  rocosas, incontestables, para algo que sigue jugandose bajo el microscopio de los laboratorios. No hay más seguridades que las lentamente afloran de los datos cribados. En cualquier caso la evidencia de las vacunas, que reducen gravemente el riesgo de enfermedad grave, hospitalizacion y muerte, se mantiene inalterable. De ahí que haya que felicitarse por la inmediata vacunación de los niños de 5 a 11 años. Y no,  no escuchen a los memos que insistimos en unos posibles efectos secundarios ínfimos frente a la colosal operación que supone vacunar a miles de millones de seres humanos. Algunas vacunas tendrán efectos indeseados porque, sencillamente, la vida mata. Vivir supone tomar riesgos y los únicos que no caen bajo la tiranía del riesgo son los cadáveres,  ya vacunados ante cualquier hipótesis funesta, alegres y tranquilos 3n la quietud de la piedra y el silencio de piedra pómez de la nada. Para los demás, para todos los supervivientes que todavía seguimos respirando, no queda sino animar a los padres para que vacunen a sus hijos y felicitar a los niños porque han nacido y crecido en un tiempo en que la ciencia fue capaz de alumbrar algo tan magnífico como unas vacunas de arn mensajero, algo impensable hace apenas 5 años. Los avances que ayer parecían pura y lironda ciencia ficción, son ya los cimientos de una realidad que debe y puede sacarnos del horror que vivimos desde 2020. Bienvenidas las vacunas a los niños y, qué cosas, la disposición de los españoles a escuchar a los científicos y a hacer caso de la ciencia. Eso que algunos llaman borreguismo podría ser la.primera señal en mucho tiempo de que las cosas son un poquito menos aciagos de lo que imaginábamos.