Luis del Val

LA COLUMNA

Luis del Val

Periodista y escritor


Casi todos disgustados

16/06/2020

He comenzado la semana constatando que, en este país, si hubiera un PD (Partido de los Disgustados) podría arrasar en las próximas elecciones, las que sean.

En el Gobierno están disgustados, porque no se reconoce la labor que han llevado a cabo, y los malvados solo señalan las equivocaciones, las mentiras, y los retrasos.

En la oposición se enfadan bastante, porque los del Gobierno les dicen que no son patriotas, aunque para los del Gobierno ser patriota consiste en aplaudir todas las decisiones del Gobierno.

Los secesionistas están amargados, porque esta tontería de la pandemia, que se ha llevado por delante más de 40.000 muertos, ha retrasado lo verdaderamente importante, la razón de sus vidas, que es la mesa de negociación para arrancar un referéndum, por ahora ilegal.

Asimismo, esos mismos amargados, que hasta hace poco llamaban ladrones a los españoles, han tenido que invitar a que los ladrones vayan a las playas catalanas, durante este verano, cosa pasajera, porque cuando consigan la República de Cataluña, nos pegaremos por ir a visitar un país extranjero y tan cerca.

Están mustios los miembros del CDR (Comité de Defensa de la República) que hace unos pocos meses asaltaban autocares de turistas, y se quejaban de los cruceros que atracaban en Barcelona y sus pasajeros desgastaban las calles, y ahora resulta que se les necesita.

Está pesaroso Zapatero, porque después de 39 viajes a Venezuela, todavía le acusan de que cada vez hay más hambre, cuando la verdad es que él tiene un plan para que, en 15 o 20 años, Maduro pueda retirarse.

Está muy decepcionada la Directora General del Instituto de la Mujer, porque no puede meter en la cárcel a los padres que ponen en la puerta de las habitaciones de sus hijas "Aquí duerme una princesa".

Casi todos disgustados menos el mentiroso Simón -mascarillas sí o no, según existencias- que está encantado con las camisetas que se han hecho con su efigie. La excepción que confirma la regla del disgusto generalizado.