Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Enseñanza por sorteo

09/07/2021

La conclusión del último curso escolar, anómalo ya por las exigencias de la pandemia, coincidió con la mayor convocatoria de oposiciones de los últimos años y con el sempiterno debate de las reformas educativas, siempre con una carga política partidista que anula la reflexión necesaria sobre metodologías y eficacias en las tareas de enseñar y aprender. Desde la instauración de la democracia se han aprobado en España ocho leyes educativas de ámbito estatal, a las que se suman las consideraciones parciales de cada autonomía. Las cuestiones más espinosas siempre han sido aquellas relativas al adiestramiento del alumno en materia religiosa o a las cuestiones que pudieran influir en el comportamiento político del alumno en el futuro. Los asuntos de mayor calado son ignorados. Simple error o desprecio ante aquello que no es evaluable en votos.
En las últimas cuatro décadas estamos siendo protagonistas de uno de los mayores cambios que ha experimentado la Humanidad, solo comparable a la Revolución Industrial del Siglo XIX o a la aparición de la imprenta siglos antes. Sin embargo no parece que hayamos entendido que todo cambio requiere respuestas diferentes. Ya nadie discute que la memorización, que no el desprecio a la memoria, no es el camino más adecuado en el aprendizaje. Y sin embargo aquí los profesores no son elegidos por sus habilidades para enseñar, sino mediante pruebas memorísticas condicionadas por un sorteo, lo cual no deja de ser un signo mayor de irracionalidad. Andreas Schleichar, responsable del Informe PISA desde hace 25 años, afirma que es necesario cambiar el modelo de repetir contenidos a otro basado en la aplicación del conocimiento, «dar a los jóvenes estrategias y actitudes para que cada día puedan aprender y reaprender cuando el contexto cambia». Uno de los filósofos más reconocidos, Pierre Levy, opina que cambiar los modelos de educación exigen mucha valentía. «Todos nos ponemos muy ansiosos cuando nuestros hijos dejan de aprender lo que solía ser importante para nosotros. Y nos ponemos mucho más ansiosos cuando empiezan a aprender cosas que ya no entendemos». Y entre tanto, aquí discutiendo si son galgos o podencos.