Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


Preocupante

30/04/2019

El domingo hablaron las urnas. Y dijeron muchas cosas. E importantes. Desde la consolidación de un Pedro Sánchez desahuciado hace unos meses hasta el batacazo (¿tenía o no razón el CIS?) del PP pasando por el crecimiento, insuficiente para Ribera, de Ciudadanos, el apreciable descenso, aunque lo adornen con su posible entrada en el Gobierno, de Podemos y la fuerte irrupción de Vox, que tampoco les deja satisfechos porque esperaban mucho más. Ahora nos queda por delante las quinielas de los pactómetros (con este sí; con este no), las negociaciones («largas y discretas», según Pablo Iglesias) y una nueva campaña electoral, que promete ser a cara de perro. En menos de un mes, comicios municipales, autonómicos y europeos. Pero los resultados del 28 de abril nos dejaron otros, y vitales, mensajes. Para mí, el más significativo es la subida del separatismo catalán (por primera vez ERC gana unas generales en Cataluña) y el crecimiento, aunque mucho menor, de EH Bildu en el País Vasco. ¿Cuánto le deben a las voces desaforadas de VOX, seguidas pronto por PP y Ciudadanos?, ¿y cuánto le debe Vox a las palabras y posturas de Torra, Rufián y demás? Los radicalismos se retroalimentan y luego pasa lo que pasa. Y lo que pasa es que los datos del 28-A nos recuerdan que la ordenación territorial continúa pendiente y que el problema catalán está enquistado o empeora. Además, han mejorado PNV y Coalición Canaria y entra en el Congreso el Partido Regionalista de Cantabria. O sea, suben el nacionalismo y el regionalismo periférico mientras se desmorona un PP que se presentaba como renovado, recién pasada la ITV, y bajo el lema «Valor seguro». ¿Y en Castilla y León? Me imagino a Fernández Mañueco envuelto en sudores fríos. Mal panorama el suyo ante unas autonómicas que el PP puede no ganar desde 1987. La pérdida de votos y escaños en todas las provincias acaba con el mito del buque insignia. Y a todo esto, ¿alguien ha oído decir algo a Aznar, gurú de Casado? Fijo que piensa que todos tienen la culpa…menos él. Como siempre.