Maite Rodríguez Iglesias

PLAZA MAYOR

Maite Rodríguez Iglesias

Periodista


La crisis del hielo

07/08/2022

La falta de cubitos de hielo amenaza con amargarnos el verano. Esta crisis de existencias, que al principio parecía una falsa noticia más, se está convirtiendo en motivo de sesudos análisis. Pero ni es una fake, ni parece que sea un episodio aislado. Los supermercados ya limitan su venta, incluso hay establecimientos de hostelería que cobran un suplemento por las piezas que añaden para enfriar las consumiciones. 
Y todo esto en el mes de vacaciones por excelencia, cuando más de media España está de descanso. Y entre los placeres preferidos de un buen veraneante está su bebida bien fría, pero resulta que se va a convertir en un lujo al alcance de las cuentas más saneadas. Una tormenta perfecta en medio de una nueva ola de calor que, además, coincide con el anuncio del plan de restricciones de energía, que también limitan el termostato del aire acondicionado. 
Anda el personal muy revuelto porque esta crisis está tocándonos el estado de bienestar social, pero no el que nos proporciona el sistema sanitario o educativo, que ese lleva tiempo herido, aunque parece que altera menos el ánimo general. Y todo en el verano que nos habían vendido como el de la normalidad, en el que íbamos a poder recuperar la jarana que tanto nos envidian los europeos. Pero la cosa no está fácil por más que nos empeñemos en tirar la casa por la ventana antes de la gran crisis que nos anuncian con la boca pequeña para el otoño. 
Eso sí, en este país no hay problema que pueda con nuestra imaginación, sentido del humor e ironía. La crisis del hielo no solo está dando lugar a chistes, también vuelven a aparecer nuevos expertos mediáticos en el tema, que curiosamente se parecen mucho a los que antes opinaban de la pandemia o de la guerra de Ucrania. Pero en esto no pueden con la sabiduría popular aunque ahora nos vendan la innovación de ventilar la casa por las noches para bajar la temperatura sin falta de aparatos eléctricos o se inventen modelos fashion de botijos, con nombres muy cool. Una vuelta atrás en plena era digital que quizás nos haga ver con otros ojos el tener que recurrir a los apaños de las abuelas para economizar en la cesta de la compra o volver a aprender a tejer para tener unos buenos calcetines de lana para este invierno. Quizás si no hablamos de crisis climática o economía circular sea más fácil asumir estos cambios.