Todos hemos escuchado en algún momento de nuestras vidas una expresión que, bien como consejo, bien como amonestación, hemos entendido cuando ha llegado la hora: «No te metas en obras». Bueno, al decir 'todos' de ahí cabría excluir a los miembros del equipo de gobierno municipal, más señaladamente a los señores Puente, Vélez y Saravia, que deciden decidieron meterse en obras pensando que saben sabían cuándo iban van a finalizar acabar y cómo les iba a quedar el resultado. 
El asunto, si no fuera lamentable, sería hasta risible y, para no ir por el camino más amargo, hagámoslo por el más divertido. Sitúense: Valladolid, mayo de 2017 -es decir, dos años antes de las elecciones municipales- se firma el acuerdo para rematar la construcción en un plazo de año y medio; esto debe de poner muy contentos a los tres de arriba porque se ven con el túnel de Andrómeda finalizado para la siguiente campaña. Va a ser que no. 2018 -un año antes de las elecciones a la Alcaldía- comienzan los movimientos de obras. Los mismos tres se las prometen muy felices porque así en 2019 se verá actividad en la zona y eso, quiera usted o no, a la gente le da la sensación de que el Alcalde y los suyos hacen algo por el barrio aunque sea «un poco» más allá del plazo inicial. 
Pero fallan los cálculos y las obras de la tuneladora empiezan después de las elecciones, en el mes de julio. Nuevo plazo, coherente con los 18 meses previstos en un principio: finales de 2020. Ya los gestos de nuestros tres munícipes empiezan a torcerse, sobre todo cuando hay que salir a dar la cara y a explicar que las cosas no están saliendo como se pensaba. Llega finales de 2020 y, claro, la pandemia lo ha trastocado todo, también estos plazos. Volvemos a poner el contador a cero; bueno, a cero tampoco, porque así como ADIF afirma que acabará a finales de 2021, el Teniente de Alcalde dice que lo ve dificilísimo. Vaya, pues el que acierta, por desgracia para todos los vecinos, es el Teniente de Alcalde y a finales de 2021 tampoco está. Es cuando sale el que se ha equivocado con los plazos, ADIF, y señala un nuevo plazo: febrero de 2022. 
Cuando escribo estas líneas, casi cinco años y dos ministros después , parece que ya se ve, ahora sí, la luz al final del túnel (de Andrómeda). Un túnel, por cierto, cuya estrechez va a dar más de un quebradero de cabeza al concejal de movilidad de turno y, si no, al tiempo. Pero eso ya es harina de otro costal. En cualquier caso, recuerden, con este equipo de gobierno no se metan ni en obras.