Julio Valdeón

A QUEMARROPA

Julio Valdeón

Periodista


Aterrizaje de emergencia

15/01/2021

Que Pfizer y Moderna nos cojan confesados. Bienvenidos a la antesala del nuevo confinamiento domiciliario en Castilla y León. 40.000 positivos diarios en toda España. La cepa inglesa, que disparará los contagios, desatada porque, ay, no cerramos los aeropuertos. Pero el problema aquí y en todo momento es de las autoridades locales madrileñas, que no prepararon suficientes sacos con sal y no tenían los quitanieves a mano. Ya del 8-M y las bellas manifestaciones del feminismo reaccionario, cuando el machismo mataba más, pero muchísimo más que el virus, hablamos otro día. Por ejemplo el día en que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, más de 80.000 muertos, al cargo de la gestión sanitaria en un país devastado, haga campaña en Cataluña. A Illa lo premian con la candidatura a la Generalidad porque todos tuvimos la culpa y nadie podía saberlo. Acabaremos igual que en primavera. Impecablemente dispuestos para nuestro sacrificio. Está por ver que los fondos europeos taponen la hemorragia. Un amigo comenta que será interesante observar cómo sobrevive nuestro populismo al mando, de Pedro Sánchez a Pablo Iglesias, a la galerna de mierda que acecha. El experimento de contemplar a los demagogos a lomos del tigre tiene el problema de que no hay consuelo en la tragedia ni humor que nos salve de la hecatombe. Quizá este gobierno naufrague, en especial si mantiene el ritmo vergonzoso con las vacunaciones, pero en su ruina vamos el resto, unidas podemos por la inevitable red económica, social y familiar que une a todos los tripulantes de este bello Titanic. Yo, francamente, preferiría que salgan vivos de esta y logren poner en marcha una campaña de vacunas que no dure un lustro. Activistas entrenados para el escenario, teóricos más bien oxidados, fontaneros del poder sin experiencia en el mundo real, deberán de crecer en mitad del huracán. Hasta hace poco pagábamos su curso de formación como coordinadores y gestores. Ahora tendrán que aprender a aterrizar de emergencia con una cola de fuego siguiéndonos el rastro.