Julio Valdeón

A QUEMARROPA

Julio Valdeón

Periodista


La pinza (redux)

21/09/2019

Óscar Puente y la fotografía radiada de Albert Rivera y Pablo Iglesias en la cafetería del Congreso roza el esperpento. Ahora va a resultar que los rivales políticos no pueden departir en el bar sin que los acusemos de hipócritas ni reclamar que se empleen con la furia cainita de una pintura goyesca. Toda la sobreactuación del alcalde de Valladolid, apoteósica cuando le entrevistó Carlos Alsina en Onda Cero, retrotrae a las viejas acusaciones contra Julio Anguita y José María Aznar por… la pinza. Los más jóvenes no lo recordarán. Pero toda una generación creció traumatizada por los pinzamientos, pellizcos y partenueces ensayados en su momento por la derecha ultraderecha más facha al norte del Pisuerga y los partisanos del Quinto Regimiento y la policía política de Stalin y los verdugos de Andrés Nin recién desollado y Leon Trosky a medio minuto de ser coronado por Ramón Mercader. Bueno, algo así, algo semejante, distribuyeron en su momento las terminales informativas afines al PSOE de entonces. Obsesionadas con persuadirnos de que las tardes de la extrema extrema derecha y las noches de la extrema extrema izquierda transcurrían en un perpetuo ejercicio conspirativo y conspiranoico para expulsar de Moncloa al único partido que garantizaba la honradez y el progreso non-stop, bitches. El doberman, el doberman, que viene el doberman gritaban desde los palos más altos de la nao nuestros vigías, la mirada fija en los cercanos arrecifes donde desovan sus tremebundas olas los enemigos de la democracia. Luego resultó que con Aznar no venían los requetés ni los camisas azules, que Anguita no tenía nada que ver con el viejo y entrañable Lavrenti Beria, que el Gulag tenga en su gloria, pero el daño estaba hecho y el póster listo y el ácido dispuesto para regar al enemigo. Y suponemos que el alcalde busca reeditar aquellos lodos, que la consigna de los consejeros de Pedro Sánchez pasa por embarrar a Ciudadanos y a Podemos, que aspiran a ordeñar sus caladeros electorales de ambos, pero caramba, a falta de sutileza, ¿qué tal algo un poco más original?