Afirma el periodista Federico Jiménez Losantos que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, sabe que todavía no ha llegado el tiempo de que asuma el liderazgo del PP, lo que ocurrirá después de uno o dos gobiernos de Alberto Núñez Feijóo  y que hasta entonces la fidelidad al proyecto del político gallego está garantizada. Aunque Feijóo sepa que Ayuso no actuará contra él como con su predecesor, Pablo Casado, se le va a hacer muy larga la convivencia con la presidenta madrileña si sigue perseverando en sus enfrentamientos con la dirección del partido cuando no, a medias con otros poderes e influencias, le marca el paso en sus decisiones políticas, lo que ha ocurrido ya en varias ocasiones: la más notoria al impedir la renovación del Consejo General del Poder Judicial;, y la más reciente, su persistencia en la ilegalización de EH Bildu cuanto el propio Feijóo ha dicho que no es posible con las leyes actuales, -corroborado por fiscales afines al PP- y al afirmar que "ETA sigue viva", se supone que, políticamente hablando, a través de los independentistas vascos.

Si, como ha quedado claro, ha sido Bildu quien ha enturbiado la campaña electoral al presentar a 44 condenados por actividades terroristas con las sentencias cumplidas, que la presión social y política sobre los dirigentes abertzales ha tenido un éxito a medias con la decisión de los siete candidatos con delitos de sangre de no recoger sus actas en el caso de resultar elegidos ediles, y si la insistencia de Díaz Ayuso de seguir estirando la polémica ha causado indignación hasta en las asociaciones de víctimas del terrorismo, quizá sea el momento de que la presencia de ETA en la campaña electoral pase a ocupar un segundo lugar. Que los pactos de Pedro Sánchez con EH Bildu para sacar adelante algunas de las leyes es uno de sus problemas, y que la pregunta sobre si va a seguir contando con esa formación no va a tener respuesta es una evidencia, del mismo modo que Feijóo no quiere hablar de posibles acuerdos con Vox en el caso de que necesite a la ultraderecha para gobernar o para 'derogar el sanchismo'.

Tampoco ha tenido el efecto deseado por el PP la utilización de los pactos con EH Bildu en el seno del PSOE, para acentuar las diferencias con Pedro Sánchez de los barones tradicionalmente críticos con algunas sus decisiones. El candidato a la reelección en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, bastante tiene ahora con enmendar el error de sus comentarios machistas, y el presidente aragonés, Javier Lambán dijo, como el anterior, que no le gustaba nada la dependencia de EH Bildu, pero a continuación consideró abominable que el PP siguiera utilizando el dolor de las víctimas. Los próximos días, con todavía una semana por delante ante de la apertura de las urnas dará la medida de la persistencia de ETA en campaña o si se convierte en un argumento utilizado solo por la presidenta madrileña, o si el PP considera que su insistencia, cuando hasta algunas asociaciones de víctimas han pedido dejar de banalizar su dolor, puede volverse en su contra por reavivar las discrepancias entre Feijóo y Ayuso. 

A estas alturas es posible que en la dirección del PP estén rogando para que Ayuso no logre la mayoría absoluta, que podría acelerar sus planes de dar el salto a la política nacional, y más si el PP no logra unos resultados que apuntalen el cambio de ciclo.